«SURE»

[PRIMERA PARTE]

Jimin

—Buenas noches joven Park— dijo sonriendo —Bienvenido.

Con un leve asentimiento me hice paso al lugar.

Este es uno de los hoteles más famosos de Corea, aquí sólo pueden hospedarse personas con la cantidad suficiente en su cuenta bancaria para ser capaces de pagar la más simple habitación, lo cual necesita de varios ceros. En mi caso soy más caprichoso y me gusta estar cómodo, así que pagué una suite aunque sólo estaré aquí unas horas.

No tenía nada importante qué hacer para venir a hospedarme teniendo una mansión en Busan llena de servidumbre, pero cada fin de semana se hace un... llamémoslo evento especial en una zona privada del hotel. No soy real amante de ver sangre y a personas destrozarse pero de vez en cuando me sirve para distraerme y alejar el estrés al menos unas horas.

Apenas cerré la puerta principal de la suite, me dirigí a la habitación, no sin antes aventar mi maletín al sofá y empecé a deshacer el nudo de mi corbata sacándola por completo. Fui despojándome de toda mi ropa pues planeaba darme un largo baño en la tina para ir fresco y relajado al show.

[...]

—Por aquí joven Park.

Una chica de cabellera rojiza con un conjunto bastante revelador me guiaba moviendo sus caderas de una manera que me pareció estúpidamente exagerada. Centré mi atención alrededor, notando, como todas las veces que he venido, hombres de prácticamente todas las edades, en trajes más costosos que su propio auto de lujo. La sala donde se hace el "show" es una simple habitación; no era precisamente pequeña pero tampoco enorme. Imagínense una sala de cine, asientos cómodos de color vino, un pequeño pasillo en el centro por donde las mujeres en ropa interior van a tus asientos con una bandeja ofreciéndote alguna bebida o aperitivo. Siguiendo el ejemplo de la sala de cine, donde debería estar la pantalla se encontraba una enorme pared de vidrio grueso el cual separaba a la audiencia de las personas protagonistas del espectáculo. Esta vez la sala detrás del cristal parecía un taller de autos o algo así, había una mesa de metal, rectangular en el centro, encima de ella había herramientas y en una de las tres paredes, colgadas había más.

En cuanto tomé asiento se apagaron las luces y una puerta corrediza se abrió del otro lado del cristal, de ahí salió un corpulento hombre de expresión ruda forcejeando con otra persona, esta parecía ser un chico, su rostro estaba cubierto por una bolsa de tela. El hombre puso uno de sus pies entre los del chico, este cayó golpeándose la cabeza haciendo que parara de forcejear con el hombre, le quitó las esposas antes de retirarse. Al notar que sus manos ya no estaban esposadas se incorporó quedando sentado en el suelo, quitó rápidamente lo que le impedía ver.

Primero pasó rápidamente sus manos palpando todo su cuerpo sin abrir los ojos, su rostro reflejaba confusión y cansancio. Al abrir sus ojos estos se volvieron a cerrar frunciendo el ceño y comenzó a parpadear repetidas veces, pasados unos segundos sus ojos pudieron permanecer totalmente abiertos, noté que para ser asiático eran ojos grandes y bastante atractivos. Paseó su vista por la habitación en la que se encontraba, deteniéndose en el cristal. Rápidamente se arrastró hasta él, colocó sus manos en este y miró a la audiencia con una expresión un tanto suplicante, hicimos contacto visual por varios segundos. Pareciera que me rogara con la mirada hacer algo. Me removí en mi asiento un tanto incómodo y mientras arreglaba discretamente mi cabello llamé a una de las chicas pidiéndole alguna bebida.

La puerta se volvió a abrir llamando la atención de todos, en especial la del castaño que estaba dentro, de esta salió otra persona, vestía jeans oscuros; botas estilo militar de piel negra; una camiseta con un estampado un tanto extraño en ella, también en negro. La puerta volvió a cerrarse haciendo un sutil sonido de candado y una pequeña pantalla apareció a un costado de la misma. Esta parecía tener una especie de escán, pues una luz azulada horizontal, subía y bajaba constantemente.