CAPÍTULO 7 | HECHIZO MORTAL

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Lunes, otra vez al instituto. Y aún encima tarde. Jack no irá esta semana ya que Lucía murió anteayer. Pobre, era una mujer genial. Mi abuela está muy triste y Jack no quiere ver ni hablar con nadie, no me deja estar con él para apoyarlo. No sé qué le pasó a su abuela, nadie, casi-nadie, lo sabe. Jack dice que es culpa de él. Está súper destrozado, pero yo no creo que sea su culpa.

[...]

Las clases terminaron y volvía a casa, pero en el último momento decidí para primero en casa de Jack. Peté y nadie abrió así que entré por mi cuenta. Todo estaba oscuro y el polvo había empezado a acumularse. Subí las escaleras y me paré frente a la puerta de su habitación. Estaba hablando con alguien, o mejor dicho, creía estar hablando con alguien porque él hablaba, se callaba, como si alguien le respondiera, y luego seguía hablando. A los pocos minutos la voz cesó de golpe y la puerta se abrió sin que lo predijera.

-Kahterine, ¿cuánto llevas ahí, eh? ¿Cuánto has escuchado? –me gritó visiblemente enfadado mientras me cogía con fuerza del brazo y me metía en su habitación cerrando la puerta tres de mí.

Yo estaba en shock, él nunca se había comportado de esa forma. Finalmente pude decir algo –yo... yo venía a ver qué tal estabas... pero veo que como una cabra... -contesté cínicamente- tranquilo, que ya me voy –me di la vuelta dispuesta a irme, mas antes le dije una última cosa- y no vuelvas a hablarme así o habremos terminado. Yo intento ayudarte, apoyarte, estar ahí para ti porque aunque no sé qué es exactamente lo que sientes intento ponerme en tu lugar, pero veo que no quieres mi ayuda, así que adiós –y seguí mi camino hacia la salida de la habitación antes de que una mano me detuviera.

-¿Qué has escuchado? –repitió una vez más. Lo único que hice fue soltarme y volver a casa de mi abuela mientras me decía que no podía contárselo a nadie, que él no podía hacer nada, que ya era tarde...

[...]

Dos semanas más tarde.

-¿De verdad hizo eso? –me preguntó Clara al otro lado de la línea telefónica.

-Sí, está muy raro, y no desde la muerte de su abuela, ya desde un día antes. Te juro que no lo entiendo. No quiere hablar con nadie, inclusive Ángel y lleva dos semanas sin salir de casa. Estoy preocupada Clar, ¿y si comete una estupidez? Lo necesito...

-Hazlo hablar. Deja que te suelte todo el rollo, cuéntale algunas partes de lo que sepas y échale algunos faroles, intenta averiguar qué le pasa de verdad. ¿Te acuerdas de aquel sueño raro que tuviste y que luego apareciste en tu casa? Quizás no fuera un sueño, ¿no cabe la posibilidad de que hubiera pasado en la realidad? Yo creo que eso explicaría muchas cosas.

-Pero es imposible aquello... -suspiro- está bien, lo sopesaré y lo hablaré con mi abuela, te iré contando.

-Vale chao..., pero no te deprimas. Esto no es tu culpa, ni tu problema aunque quieras ocuparte, y no te olvides de no convertirlo en algo personal e implicarte demasiado, o saldrás dañada.

-Yo también te quiero... -digo irónica- adiós.

Cuelgo la llamada y me dirijo a la cocina en la que mi abuela toma un té caliente. Me siento delante de ella y la miro. No tarda en preguntar.

-¿Qué te preocupa Katy?

-¿Es posible que se meta en tus sueños?

-¿Qué? –pregunta atónita.

-¿Qué si es posible que se meta en tus sueños? –repito.

-Ya te escuché la primera vera vez, pero ¿quién? ¿Black Dark? –asiento- sí, es posible. ¿Por qué, te ha pasado?

-No –niego al instante- es... que la otra noche, antes de que... ya sabes, Lucía... bueno eso. Me había quedado a dormir con Jack. Habíamos hablado sobe si ir al cementerio o no pero lo único que recuerdo era que al final no habíamos ido y que me había despertado aquí en casa. ¿Eso no puede ser normal, verdad? Tuvo que pasar algo más...

-Sí mi querida niña. Quizás sí que fuisteis al cementerio, quizás allí pasó algo que vuestra mente no quiera recordar, o quizás os encontrasteis con algo que no quiere ser recordado...

-Como Black Dark.

-Como Black Dark –repite ella- solo te pido que tengas cuidado, es muy peligroso. Siento no poder ayudar.

-¿Si hubiera pasado eso, podría haber afectado a Jack de algún modo? –el rostro de mi abuela palidece.

-Ay niña, si eso es lo que ha pasado Jack está en grave peligro. Él puede dejar de ser él, si Black Dark lo ha elegido y lo está manejando, puede hacerle perder la cabeza y que termine en su bando. Solo tú puedes remediar eso, pero tranquila. Sé que es mucho peso el que recae sobre tus hombros. Ve paso a paso, parte por parte, resuelve primero lo más importante y luego lo que sea que venga después.

Me quedo pensando en sus palabras y en las de Clarissa mientras mi abuela deja la taza vacía en el fregadero y sale a dar su rutinario paseo. Poco a poco lo voy comprendiendo todo. En esta vida nada es lo que parece.

Rápidamente salgo de casa hacia la de Jack. Entro sin petar y voy directa a su cuarto abriendo de forma espontánea-

-Tenemos que hablar, no vas a evadirte más.

Me mira perdido, como si no me reconociera. Por un momento pienso que lo he perdido, que ya no es él, que he llegado tarde y le he fallado. Pero suelto el aliento que no sabía que retenía cuando asiente y se sienta en la cama esperando que yo haga lo mismo y comience a preguntar. Parece dispuesto a satisfacer toda mi curiosidad.

Me siento y miro mis manos, algo nerviosa de repente.

-¿Qué pasó la noche anterior a la muerte de Lucía?

-¿A qué te refieres?

-Sabes muy bien a qué me refiero. No llegué a mi casa por arte de magia y tampoco me llevaste tú. Fuimos al cementerio, ¿verdad? Al final fuimos. ¿Cambiaste tú mis recuerdos? ¡¿Por qué no puedo recordar lo que verdaderamente pasó aquella noche?!

Tarda un poco en contestarme, pero al final lo hace. La expresión que tiene en este momento es la del Jack que conozco, la del Jack que quiero- este no es un lugar seguro para hablar –susurra.

-Hablaremos donde quieras, pero tenemos que hacerlo –se levanta, me coge la mano y me lleva a la sala de entrenamiento. Pronuncia unas palabras inteligibles y una piedras a nuestro alrededor comienzan a brillar.

-Él lo hizo, él nos llevó hasta allí. Se metió en mi cabeza y no me lo doy sacado, no puedo controlarme, tienes que alejarte no quiero hacerte daño, no quiero hacerte lo mismo que le hice a ella...

Me quedo callada, asimilando toda la información- Black Dark te controla –asiente- y con ella te refieres a... -no termino la frase pero sabe perfectamente a quién me refiero porque vuelve a asentir.

-Ella se dio cuenta de lo que había pasado, de lo que me pasaba a mí. Intentó remediarlo pero entonces él tomó el control y yo no pude hacer nada. No quiero que pase lo mismo contigo. No soy bueno, ya no.

-¿Por qué no me lo contaste antes? Mi abuela dice que soy la única que puede remediarlo, pero te necesito conmigo. Necesito que estés a mi lado y me ayudes.

-Tenía que encontrar la manera de que no se enterara cuando hiciéramos esto. A la mínima oportunidad que tenga te hará daño...

No quiero llorar pero todo esto es demasiado, me está sobrepasando y no sé si podré hacerlo. ¿Y si fracaso? Mis ojos empiezan a aguarse y Jack, que ahora vuelve a ser el mismo de antes, lo nota y me abraza. Me atrae hacia sí como no lo hacía en mucho tiempo y yo me siento como en casa protegida por sus brazos.

-Por favor Kathy no llores –pide- tú nunca lloras, no lo hagas ahora. Vamos a superarlo, te lo prometo.

Lo miro- no puedo con todo esto. Es-es una locura, me va a pasar por encima y voy a quedar destrozada, voy a perder a todos lo que quiero y la única culpable seré yo.

-No. Lo que haremos será encontrar una forma de hacer que deje de controlarme y podamos vencerlo.

-Morirás...

-Puede ser, pero estaré vivo en tus recuerdos...

¿Aún Estamos Al Principio? #IR-2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora