Cinco:

48 0 8
                                    

Ruben

Me dejó sentar en la mesa. Jalé la silla, me senté y entrelacé mis manos, dejándolas sobre la mesa.

Comencé a mover mis pies de una manera nerviosa. Ella se sentó en frente mío. Se veía demasiado hermosa. Se dejó crecer el pelo, lo tiene rosa y se ve mejor con tacones.

Tenía una mano tapándole la boca, mirándome con cara extrañada. Tenía el ceño fruncido y sus perfectos ojos cafés clavados en mi. Si antes era hermosa, ahora lo es más. No puedo parar de decir lo hermosa que es.

--Y... dime... como es ella.- dije rompiendo ese silencio tan incomodo.

--¿Quién?.- respondió quitándose la mano de la boca.

--Nuestra.... tu hija.- me corregí

Señaló hacia la sala. Me encaminé a esta y vi una mesa con muchas fotos de una niña rubia, ojiverde y muy sonriente junto a Lucy. En algunas salía Jordi, creí que ese idiota y Lucy ya no se hablaban. Seguí viéndolas y de pronto se abrió la puerta. Volteé a ver que era y vi a una chica de un cuerpo perfecto, ojos morados, pelo totalmente negro, vestido azul rey y tacones del mismo color.

--En serio, no sabes la tormenta que hay afuera. Parece diluvio más que lluvia.- dijo la pelinegra 

Lucy abrió los ojos como platos, centró su mirada en la mesa y devolvió su mano a la boca.

--¿Qué? ¿Qué te pasa? ¿Qué tienes?.- dijo muy rápido la otra chica

Lucy señaló hacia mi. Me quedé inmóvil. Las dos se me quedaron viendo.

--¿Quién es?.- me señaló

--Rubén.- dijo Lucy con una voz ronca y casi inaudible 

--Ah.- dijo la pelinegra

Se acercó a mi y me dio una cachetada. No pude decir nada y me tomó del cuello de la camisa.

--¿Qué...?- dije

--¡ERES UN HIJO DE PUTA!.- dijo esta chica extraña

--¡Ni si quiera te conozco y ya me estás diciendo que soy un hijo de puta!- dije 

--Ah, ¿¡no me recuerdas!? ¡SOY LUNA PEDAZO DE IMBÉCIL!.- dijo soltándome 

¿Luna? Está más buena ahora :0 NO.

--Chicos ya, tranquilos.- dijo Lucy poniéndose entre los dos.- Mira, Luna, el solo llegó de sorpresa y no pude hacer otra cosa que hacerle pasar.

Se volvió a abrir la puerta. Esta vez entró un chico. Uno con ojos rasgados, pelo igual de negro y de traje... Willy.

--Cariño... ¡Corre, que vamos tarde!.- dijo willy.- Em... puedo preguntar que pasa aquí.... y ¿quien...?.- dijo entrecerrado los ojos.- Ah, tu...

Abrí la boca para decir algo pero de pronto... todo se volvió blanco.



La fraternidad "2"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora