CAPITULO 4: SE TERMINA DE CERRAR EL GRUPO.
Los chicos buscaban pistas, algo para delatar a Richards y su banda, pero no encontraban nada de nada ni una huella dactilar, lo limpiaron con gel, ni una marca de polvo del zapato, nada de nada, idearon genial el asalto a la iglesia, necesitaban tiempo para recoger una pista para que no metieran a Lucía entre rejas. Después de una hora, fueron a tomar un helado en la heladería donde se encontraron a la banda de la Empanadilla, que empezaron a burlarse de ellos, Mario tuvo poca paciencia con aquellas violentas burlas. Se levantó, dio un golpetazo en la mesa de indignación, fue a buscarlos se puso a insultarlos, Jacobo que era el leal amigo de Richards, le sacaba como tres cabezas, pero eso no significó la retirada de Mario. Le dio un puñetazo a Jacobo en la cara, salió llorando y con la nariz sangrando a chorros, los de la Banda de la Empanadilla se levantaron, Javi y Pablo también se levantaron con los puños cerrados, Lucía pensó aquí se va a liar una buena y corriendo salió del escenario gateando mirando hacia atrás, chocó con la chica de la banda de la Empanadilla, Lucía levantó el puño rápidamente, la chica de la banda de la Empanadilla le dijo que no le pegara que realmente no era de la banda, sino que intento conseguir una prueba de que robaron aquel crucifijo. Lucía bajo la mano le dijo que abandonara el grupo, que no cuentan nada a los nuevos y que se uniese al grupo suyo, ella le dijo que encantada y que se llamaba Marta. Levantaron la mirada para ver si había terminado ya la pelea, en la cual los de la banda de la Empanadilla perdieron, aunque Mario salió un poco herido, pero no era nada. El grupo quedó en buscar más pruebas.