Reencuentro

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Facebook no es para el amor. Parte 1.1: Reencuentro.
Era el cumpleaños de mi prima, con mi familia decidimos pasar a saludar. Le llevamos de regalo unos aros de oro, no éramos de regalar nada comparado a eso.
En la casa había muchas personas que no conocía, salude a todos menos a una chica. Pude reconocer a una persona, Carolina Calleri, la niña que me gustaba hace años. Mi nombre es Fred Sansón y aquí comienza mi triángulo amoroso.
Cuando salimos al patio a ver los juegos que había, yo tome la iniciativa y llame a Caro para jugar al mete gol, en un momento la chica que no había saludado se acerca y se pone a jugar ella también. Solo estábamos los tres, Carolina propuso un juego, las escondidas. Yo me escondí dentro de un placar viejo, sentí que alguien respiraba cerca mio, me asuste y prendí mi celular, era la chica. Me pregunto mi nombre, le dije quien era y le pregunte lo mismo. Su nombre era, Luz Waise. Decidí salir de ahí corriendo antes de que algún adulto nos viera. Cuando salimos pude ver una reacción celosa de Carolina. La madre de Luz la llamó para irse y vi que vivía al lado de la casa de mi prima.
Carolina era un chica bonita, delgada y alta, siempre vestía bien. Luz, era pequeña y con un lindo cuerpo, un pelo marrón como sus ojos. Yo era alto y delgado, pelo negro y mis ojos grises.
Pasaron algunos días y decidí buscar a Luz por Facebook, la encontré y le envíe la solicitud. Tres días después recibí un mensaje de ella, me pregunto quién era. Le respondí contándole lo sucedido en el placar del cumpleaños. Sorprendida me pregunto que, por qué le envíe la solicitud. Solo quería conocerte más, le respondí. Hablamos días y noches. Nos contamos todo, sabia su color favorito, sus canciones y películas, también su comida, lo que más le divertía y otras cosas cursis que fingí saber.
Una tarde volvimos a visitar a mi prima, estaba Carolina con su familia. Sus hermanas eran como una especie de brujas, su madre era la suegra que nadie desearía tener y su padre asustaba a cualquiera con su seriedad en el rostro. Salí afuera porque me sentía algo mareado, sentí una mano pasando por mi cuello, era una mano delicada, tan suave como un algodón de azúcar, era Caro. Qué te pasa, me pregunto. Me sentía incómodo, le dije. Hablaste con Luz, me volvió a preguntar. No, ni la conozco, le respondí sabiendo que le mentía pero no me importaba. Me estas mintiendo boludo, somos mejores amigas, me grito en el oído. Y qué te importa, le conteste. Vos me importas, me miro a los ojos y me dio un papel pequeño. Qué es, le pregunte. Mi número, hablame, dijo y se fue adentro. En momento levanto la mirada y veo a Luz, estaba en la ventana de su casa, levante la mano y la salude, dejo salir una sonrisa y también me saludo. Volví a mi casa, abrí el Facebook y vi los mensajes de Luz, estaba preocupada por lo que me había dicho Carolina.
Hola bonita, le conteste yo. Hola, qué hablaban hoy con Caro, me pregunto directamente. De que estoy hablando con vos y que son mejores amigas, le respondí. Ah bueno, nada más, volvió a preguntar. Ya odiaba las preguntas. No, nada más, por qué, estas celosa, le pregunte en chiste. Si, estoy celosa idiota, respondió con gran enojo. Ok, perdón, le dije. Hay alguna chica qué te guste, me pregunto. Si, pero hay dos, le conteste. Ya sé, una es Caro, no?, me interrogó. Si, cómo sabes, le respondí y pregunte. Sos muy obvio, te gusta desde que eran chicos, y la otra. La otra sos vos, le respondí sinceramente. Vos también me gustas, me dijo riéndose. Abrí el mensaje y se me fue la señal de internet. Durante toda la noche pensé que me esperaba por haberle dejado el visto a Luz. Estaba muy aburrido y abrí el papel que me dio Caro. Anote su número y le envíe un mensaje, al cual no respondió.

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