(BTS) Love is not over (+18) (EN EDICIÓN)

Capitulo 2

Sin duda el primer día de clases fue el mejor, aunque no hice muchos amigos, solo conocí a ese tal Namjoon y a un amigo de Holly llamado Hoseok, quien era un gran comediante. En serio, a cada rato me hacia reír.

Al regresar a mi casa, noté que en el camino me dio un poco de hambre, y recordé las palabras de mi madre, "no estaré en casa hasta la noche, así que tendrás que comer sola". Eso me pone triste, a veces mamá no está por un largo tiempo en la casa y yo tengo que hacerme responsable de muchas cosas a parte de mis estudios. Mientras más avanzaba, me acercaba a un centro comercial, donde planeaba comer ahí algo rápido antes de regresar a casa y hacer tareas y deberes.

Cuando voy subiendo las escaleras eléctricas, percato un olor peculiar, algo que antes nunca había olido, una loción quizás, algo que me hacía cerrar mis ojos y no querer abrirlos. En eso, alguien chocó contra mi, haciendo que me tambaleara un poco pero no haciendo que me callera, simplemente haciendo que mi bolso que estaba colocado en mi hombro derecho se fuera directo al suelo, dispersando varias de las cosas que llevaba ahí dentro. Al agacharme sentí como la persona ajena a mí hacia lo mismo que yo, y cuando por fin estaba por levantarme, la loción vuelve a inundar mis fosas nasales pero aún más intenso que antes. Busco con la mirada la cara de la persona, y me siento un poco apenada al ver que era un hombre. Este hombre sí que era guapo, con su cabello pintado color miel, era alto (incluso más que yo, cabe mencionar que yo era una chica demasiado alta, así que era sorprendente ver a alguien más alto que yo), ojos color café obscuro, con una sonrisa cuadrada que hacía que sus ojos se cerraran más de lo normal, haciéndolo ver como un niño pequeño.

-Lo siento mucho señorita, no me fijaba por donde iba- dijo el sin dejar de sonreír. Cada vez sus mejillas se llenaban de un color rojo más intenso, supongo que por la vergüenza.

-Oh, no te preocupes, yo también tuve la culpa- dije y me aleje lo más rápido que pude para que librarme de esta situación un poco extraña. El chico simplemente se alejó de ahí también, yendo a la dirección opuesta a la que yo iba. Eso me llenó de alivio y a la vez de tristeza. Esa loción era de él, lo noté al estar en el piso, casa rosando nuestras cabezas. Sin embargo, mi mente se enfocó mientras iba caminando en una sola cosa: comida.