Capítulo 6 - Siguiente turno

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Esa tarde todos (y Blacky, como siempre) fueron al bosque, pero hacía mucho frío y decidieron volver a entrar en la casa para seguir jugando allí. Todo estaba tal y como lo dejaron, por lo que se ve ni siquiera los animales del bosque se atrevían a entrar en esa casa.
Antes de que empezaran a jugar, Logan recordó que seguía teniendo las fotos que había encontrado, así que se las sacó del bolsillo y las puso todas en el suelo boca arriba para verlas mejor. Se sentaron en el suelo y empezaron a observar las fotos sin menospreciar ningún mínimo detalle. Todas las fotos parecían muy normales. Era una familia, quizás fue la última que habitó esa casa antes de que por alguna razón quedara abandonada. Parecía una familia feliz y humilde, con unas fotos muy normales que se podría haber hecho cualquier familia, pero había algo raro... Una silueta gris de un hombre al fondo en todas las fotos... Eso provocó que todos empezaran a sacar conclusiones de qué pasó para que la casa acabara abandonada y, creeme, en ninguna hipótesis la familia acababa bien... A pesar de esto y de lo nerviosos que estaban, decidieron seguir con el juego.
El siguiente turno correspondía a Ana. En su carta ponía que debía dibujarse en el brazo el número 7 con un objeto afilado.
Ana no acababa de asimilar su prueba, y debía completarla antes del día siguiente si no quería sufrir las consecuencias, así que fue a la pequeña cocina que había en la casa y rebuscó por los cajones hasta que encontró un viejo cuchillo algo oxidado. Lo cogió, se lo llevó al salón y se sentó con los demás sin decir ni una sola palabra.
Tras cinco minutos en silencio acercó el cuchillo a su antebrazo y con dos movimientos rápidos e inseguros dibujó un número 7. Poco a poco fueron resbalando pequeñas gotas de sangre que brotaban sin cesar de su brazo. Ana no tardó mucho en desmayarse. Los demás se quedaron inmóviles por unos instantes, intentando creerse lo que estaba pasando y en el lío que se habían metido, y después se levantaron apurados, levantaron a Ana del suelo y salieron de la casa.
Antes de traspasar el muro Theo se detuvo. ¡Blacky! Otra vez ese gato estúpido, se había quedado solo dentro de la casa. Theo entró a buscarlo y durante unos minutos vio una silueta inmóvil en una esquina... Era él, ¿pero que hacia así? Theo lo llamó, pero Blacky ni siquiera parpadeó, era muy raro, ya que él es un gato muy activo y siempre anda metido en problemas o correteando por ahí. Theo se acercó a él, lo levantó del suelo y por unos instantes pudo apreciar como Blacky tenia los ojos en blanco. Fueron solo unos segundos y después de eso Blacky dio un salto y volvió a la normalidad. Theo no sabía que explicación darle a eso, pero tenía una cosa muy clara. Había sido ese juego, El Juego...

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