Parte 1

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La música sonaba por todo el castillo, las risas acompañaban aquellas melodías, las personas que entraban disfrutaban del agradable calor que había en el palacio, el frió en Rusia era horripilante

Un pequeño rubio bailaba divertidamente con su padre, aquel pequeño de 8 años gozaba los momentos que tenia con su familia aquellos inocentes momentos. La musica cambio esta vez era algo mas para parejas un vals de dicado para el Rey Victor y la reina Yuuri, el pequeño Yuratchka dio una reverencia cuando vio a su madre extendiéndole la mano de su padre para que ambos bailaran a gusto, el pequeño rubio no pudo evitar sonreír cuando vio a su madre recargar su cabeza en el pecho de su padre el cual le dio una de sus distinguidas sonrisas de corazón, Yura no pudo evitar reír un poco dio una vuelta para caminar a su pequeño trono y ahi vio a la persona que mas quería después de sus padres, su abuelo Nikolai

- Abuelito - grito emocionado el rubio corriendo a los reconfortantes brazos de su abuelo

- Oh mi Yuratchka - dijo con una cálida voz Nikolai abrazando con fuerza a su nieto - Ven quiero darte un regalo de navidad

- Es de uno de tus viajes a París? - menciono ilusionado el pequeño tomando la mano de su abuelo

- Ya veras Yura

Mientras abuelo y sobrino caminaban entre platicas a el trono, un chico moreno de ojos cafés caminaba en silencio a la puerta de la cocina buscando escapar de ahí mas fue de tenido por un señor casi con sus mismas características

- Otabek ¿Que te e dicho de subir?

- Pero...¡Papa!- quejo el Kazajo dejándose llevar por el mayor

- Otabek nosotros no somos de esa clase comprende debemos trabajar aquí así que ponte a hacer algo útil

Otabek solo bufo algo molesto tomando un trapo blanco y poniéndolo sobre su hombro derecho para luego subir a un pequeño banco frente a los platos sucios, Otabek era un chico de clase baja, su padre trabajaba como cocinero del castillo, el por suerte pudo estar ahí, gracias a la amabilidad y firmeza de la reina Yuuri fue capaz de quedarse, aunque en un principio aquel que llamaban reina aun siendo hombre se negó termino aceptando

Volvamos con el principales Yuratchka y Nikolai aquellos dos yacían sentados en el trono el mayor tenía al pequeño rubio en su pierna

- Mi pequeño Yuratchka quiero darte esto por tu cumpleaños - dijo Nikolai sacando una pequeña cajita dorada con detalles verdes

- Que es eso abuelo? - preguntó Yuri tomando en sus manos la caja sacudiendola con algo de impaciencia tratando de saber que tenía adentro

- Yuratchka - regaño el mayor quitando la caja de sus manos sacando una pequeña "rueda" verde metiéndola en una pequeña engranura dejando tocar una melodía


- Es...Es la canción que me cantas antes de dormir - susurro el rubio tomando entre sus manos la caja

- Es para cuando vaya ha mis viajes y así puedas dormir

- Mamá te lo dijo cierto? - pregunto avergonzado el pequeño

- Tu mamá hizo lo correcto Yura- menciono el mayor acariciando el cabello de su sobrino

El ambiente cálido y rebosante de felicidad fue interrumpido por el azote de las grandes puertas del castillo, Yuri se aferro a su abuelo por el miedo mientras Víctor se ponía enfrente del intruso

- Georgi - dijo con seriedad Nikiforov

- Oh Victor, la fiesta se ve...Buena - dijo lo último con algo de asco

- Se te ofrece algo aqui,Georgi? - pregunto amablemente Yuuri poniendo una mano en el hombro de su esposo buscando calmarlo

- Soy parte de el consejo estoy invitado por obviedad - dijo con algo de risa el pelo negro

- Ya no eres el consejero así que ¡Largate! - grito Víctor acercándose mas a el hechicero

- Bien, pero su reino arda en venganza y uno de ustedes muera haré una fiesta - dijo con un tono de advertencia

Un humo morado cubrió la sala, Yuuri iba ir con Yuratchka  y Nikolai para cuidarlos mas el humo lo prohibió, tardo rato en desaparecer pero al fin se despejó Yuuri tan rápido como pudo buscó a su hijo y suegro al verlos bien busco a Víctor suspiro aliviado al saber que todos estaban bien

Mas un sentimiento amargo permanecía en él

Los días pasaron al igual que lo meses el pueblo estaba algo insatisfecho, hartos del trato que tenían se levantaron en armas, el pueblo creía que los reyes dejaban de dar el dinero que se necesitaba y usarlo mas para ellos y que se subirían los impuestos mas todo había sido un rumor empezado por Georgi quien solo se disfrazo para engañarlos

San Petersburgo se alzo en armas, dentro del castillo todos corrían para salvarse Yura iba con su abuelo aunque había olvidado algo

- La caja de musica - susurro soltándose de la mano de Nikolai corriendo a su cuarto

- ¡Yuratchka! - grito Nikolai asustado

El rubio corría evitando a la servidumbre hasta llegar a su habitación, aquel lugar con paredes de color amarillo pastel con pocos detalles dorados llena de juguetes la mayoría de tigres corrió hasta la mesita de noche abrió el primer cajón sacando aquella preciada caja de Música. Nikolai entro y cerro la puerta por seguridad poniendo una silla en la manija para que no fuera fácil el entrar

- Yuratchka  ¿que haces?¿Sabes lo peligroso que fue eso? - pregunto el mayor tomando a su nieto de los brazos

- No podía dejar mi caja - susurro el rubio creyendo que había hecho algo malo

- Yuratchka...Rápido debemos buscar como salir - se apresuro el ex rey buscando alguna forma de salir por la ventana

La puerta de la habitación había sido golpeada fuertemente, Yuratchka retrocedió con miedo apretando las mangas de su suéter verde olivo

- Abuelo...- murmuró el rubio con miedo

Nikolai cargo a su nieto abrazandolo con fuerza, mentiría si digo que no tenía miedo un pequeño tirón llamo su atención detrás de el un chico de pelo castaño y piel morena con una pequeña puerta en la pared —como una puerta oculta—

- Señor por aquí - susurro entrando por el pequeño pasillo que había

No tardaron mucho en salir del castillo gracias a aquella puerta oculta ahora Nikolai y Yuratchka  estaban corriendo para alcanzar el tren, el hielo del suelo lo complicaba Nikolai fue el primero en subir y Yura corría estirando su mano

- ¡Abuelo! - grito estirando su mano para poder tomar la de el mayor

- ¡Yuratchka!

Sus manos estaban a milímetros de poder tocarse para la mala suerte de ambos,  el príncipe tropezó golpeando su cabeza contra el hielo y el tren ya había abandonado la estación

YuratchkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora