Cap. 21

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Un dolor penetrante me atormenta, siento culpa, tristeza y enojo, no puedo dejar de llorar, al carajo quienes dicen que los hombres no lloran, odio eso, odio que mi familia se me sea arrebatada, siento que se me está quitando algo propio, siento impotencia de no haberlo podido evitar, estoy de rodillas en el mismo lugar que el cuerpo de mi abuelo explotó, tengo la cara cubierta de una sustancia viscosa y negra que se combinan con mis lágrimas a medida que caen, todo me empieza a parecer en cámara lenta, siento las manos de los chicos por mi espalda, siento sus llantos muy lentos y toda la pena me termina consumiendo, terminó desmayandome en la escena del crimen, parecía el cuerpo sin vida al cual remarcan con blanco para dejar en evidencia, a pesar de que no soy el muerto, me siento como aquel, termino inconsciente en el suelo de esta maldita isla que no hace más que dar problemas, provocar temor, pánico y tristeza.

Estoy mareado y quiero vomitar, abro lentamente los ojos debido al brusco cambio de luz, los siento pesados e hinchados, mi primera impresión fue extraña, ya no había nada de niebla, se podía ver de nuevo el fulgor de los árboles y estaba recostado en un montón de cobijas, miró el cielo y ya no parece un amanecer, creo que es de "noche", todo oscuro, sin estrellas y una gran luna llena gobierna al centro del firmamento, ahora resaltan más los tonos morados y verdes que se podían apenas vislumbrar cuando llegamos, al frente mío había una fogata, pero no había señal de los chicos.

A pesar de que aún estoy triste, necesito tomar la iniciativa, no podemos seguir acá por mucho tiempo, lo que ocurrió con el abuelo... podría pasar con cualquiera y no lo puedo permitir, siento mucho no poder encontrarlo, pero es él o nosotros, además aún cabe la posibilidad de que esté muerto, pero en este mismo momento no quiero seguir pensando en nada, me siento pésimo, me miro la ropa y estoy sucio entero, tropecé arriba de lodo y tengo rastros de la sustancia negra, pero ya está seca.

Escucho voces, creo que es la de Robbie y Jack, son los chicos, aparecieron por detrás mío, me paré e intenté limpiar, pero fue en vano, todo ya estaba seco, veo que ambos tienen cara de funeral y cargan con un montón de ramas, atrás vienen Emma y Willow que parecen aún más tristes, cargan con un montón de frutas que extrañamente parecen manzanas y fresas, todos están llorando, no los culpo, creo que estoy peor.

—Vaya, ya despertaste Nate, hemos ido por provisiones— dijo Jack muy deprimido mientras deja las ramas que juntó en el suelo, se nota que está demasiado frágil.

—Si, luego de "eso" tu te demayaste y tuvimos que reaccionar rápido, no podemos estar por mucho tiempo acá— dijo Willow comiendo una fresa, me alivia saber que pensamos de manera similar con respecto al tema.

Un ruidoso silencio nos invadió, no era del todo incómodo, mientras veo a Willow comer esa fresa se me abre el apetito, me doy cuenta de que no he comido hace ya un buen tiempo, nos sentamos en un círculo, pero la falta del abuelo se hace presente, Jack, que parece ser el más frágil, se larga a llorar, no tardamos mucho y luego ya todos estábamos con los ojos hinchados y la cara roja de tanto llorar, todo esto nos tiene más que destrozados, pero no podemos seguir así por mucho, sea como sea debemos encontrar la manera de salir de este lugar y volver a la realidad, a nuestro hogar...

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NÁUFRAGOS: "En Busca De La Verdad" #CloudAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora