—Te voy a echar de menos —Dice mi madre mientras me acaricia el hombro intentando pobremente retener las lágrimas que ya están en sus ojos.
En realidad, ya me está echando de menos. Aún no he montado en el coche y ya me extraña como si hubiera llegado a Ft. Lauderdale. Las despedidas son duras, sí, pero lo son aún más siendo consciente de que tú las has provocado. El hecho de saber que se está separando de su única hija por decisión propia, está rompiendo su corazón en pedazos.
—Mamá, no te sientas mal por esto. Cuando hayas llegado a Alemania y estés trabajando, sólo quiero que recuerdes lo feliz que me hace que hayas tomado la iniciativa de proporcionarnos una vida mejor a ambas, a pesar de estar lejos.
Normalmente no soy tan expresiva, pero quiero que se olvide del remordimiento. Mis palabras han conseguido crear un poco de paz interior en ella. Me abraza con intensidad y me besa la frente, para luego dejar en mis manos su collar preferido. Una mezcla de sentimientos inundan mi corazón con ese gesto al recordar inmediatamente que fue un regalo de mi padre, y que es una de las pocas cosas que ella decidió conservar después de su fallecimiento.
Le regalo una sonrisa sincera, a pesar del dolor que me produce tener entre mis manos lo que es considerado por ella una conexión directa con mi difunto padre.Al montarme en el coche de mi tía, siento que estoy diciendo adiós a mi antigua vida y saludando a una completamente nueva. Otro estado, una ciudad completamente desconocida, convivir con personas que a penas conozco... Me aterra.
Cuando mi tía Megan arranca, salgo instantaneamente de mis pensamientos y pongo atención a mi madre, que se despide de nosotras nerviosa. Yo hago lo mismo.—Florida te gustará, cariño, creéme. Está lleno de chicos de tu edad. -Me dice la hermana menor de mi padre sin dejar de prestar atención a la carretera—.
No hago ningún comentario al respecto, sé que está tratando de despreocuparme, pero es casi imposible para mí y menos en una situación como esta.
Quedo un rato mirando al repetitivo paisaje, aguantando los múltiples intentos de mi tía por romper el ambiente tenso sacando temas de conversación absurdos y triviales, hasta que decido liberarnos a ambas conectando los auriculares a mi discman. Una vez más, la música me salva... Una de las pocas cosas que se quedará conmigo a pesar de los tiempos y los cambios, por no decir la única. Lo único que me queda. Mi madre a pesar de quererme más que a nada en el mundo, no me dio la atención que necesitaba para crecer sana porque ella tampoco lo estaba. Mis relaciones sociales nunca han sido duraderas ni importantes porque crecí bajo la influencia de alguien que evitaba el contacto humano a toda costa. A lo que quiero llegar es que no puedo decir con seguridad que estar sola sea doloroso, porque ni siquiera conozco el sentimiento de estar acompañada. Por lo menos tengo mi música... Mi música... Y ahora me doy cuenta de que ya se ha acabado el disco que tengo puesto, así que busco y pongo otro. Cierro los ojos, empiezo a imaginar y siento que una ráfaga de calor recorre mi cuerpo, y, por alguna razón, me hace sentir tranquila, y apaga esos pensamientos que para mí ya son como una condena. Cuando los vuelvo a abrir y miro el reloj, han pasado casi tres horas.—Parece que alguien se ha quedado dormida. Ya estamos llegando, tranquila.
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• She's Not My Girlfriend • (Marilyn Manson y tú)
Fanfiction"Mi percepción del pecado está llena de dolor, miedo y duda".