La puerta de mi cuarto de abre con lentitud, una luz golpea mi rostro, pero es muy pequeño lo que lo transmite, ninguna emoción se presenta en mi cuerpo, la puerta de cierra dejando entrar a la persona.
-¿Quién eres?
No hay respuesta solo sigue caminando hasta mi cama y sentarse en el borde de ella.
-¿Harry?
No se por que, pero su nombre se me vino a la mente, mi mano toca su hombro y va subiendo tratando de tocar su risos, lo consigo, se perfectamente que es el, la luz que antes daba en mi cara ahora alumbra el piso, lo más lógico es que trae una lámpara.
-Deja de tocar mis risos.
Su voz es más ronca de lo normal, su mano aprieta mi muñeca apartandola de su cuerpo.
-¿Qué haces aqui?
-Me atormentan.
-¿Quienes?
-Ellos y me molestan.
-¿Qué te dicen?
-No puedo decirlo, tengo miedo, quiero dormir y no lastimarme ni lastimar a nadie.
¿Lastimarse? El dijo que no lo hacía, como dije antes el no es un paciente igual a los otros.
-Pero tu dijiste que...
-¡Se apoderan de mi cuerpo! ¿Me puedo quedar a dormir contigo?
-Me puedo meter en problemas.
-No quiero dormir solo, por favor.
-Vamos a tu cuarto.
El camino fue silencioso, el solo miraba sus zapatos y sus manos metidas en su pantalón en las bolsas de el.
-Tu habitación esta muy obscura; voy a encender la luz.
-¡No!
Dios este chico me quiere sacar un susto y si ese era su propósito pues lo obtuvo.
-¿Porqué?
-Les molesta-Con su pequeña lampara alumbra la cama para despues hablar-Metete ahí.
-Espera...solo estamos tu y yo en el cuarto, ¿A quién molestara la luz?
-No hagas preguntas, solo duerme conmigo, ¿Si?
-Esta bien.
Hago lo que me ordena, la verdad no tengo nada de miedo, el no me transmita eso, solo un poco de desesperación cuando se comporta tan agresivo y hace sus berrinches.
-Ellos me persiguen, no dejes que se apoderen de mi, no de nuevo.
-¿Ellos?
-Si, las voces en mi cabeza, su imagen, me piden que haga daño y yo no quiero eso, no quiero que me tengan miedo, quiero que la gente se acerque a mi y no que se aleje.
Esas palabras hacen que se me forme un nudo en mi garganta las palabras no salen y en realidad no se que decir para reforzarlo, soy su enfermera no una amiga.
-Mi mamá, siempre que no podia dormir por mis pesadillas ella me cantaba, me abrazaba y me susurraba al oído que todo iba a estar bien, ¿Lo puedes hacer?
No tengo de otra y realmente lo quiero abrazar, en este momento esta tan frágil y indefenso, paso un brazo por su torzo, mi rostro se hunde en el hueco de su cuello aspirando su olor, muevo mi cara por que sus risos me hacen un poco de cosquillas en la nariz, lo aprieto hacia mi cuerpo escuchando un suspiro de su parte.
-Buenas noches Eddie.