Capítulo 3; Yellow

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Jimin-ah está rojito~Se burló Jungkook apuntando a sus mejillas.

— ¡ eres el culpable Jeon! — Se quejó. Pero no estaba enojado, claro que no. Estaba feliz y era porque el menor le había regalado una pequeña flor.

Aquella florecita era delicada, sus pétalos yacían sobre la palma de su mano dejando ver el tamaño que tenía, era de un color bello; amarillo.

Inconscientemente sonrió y se hizo a un lado para que el menor se sentase.

Esta vez estaban en la biblioteca con el olor a café inundando todo el lugar. De nueva cuenta, no había nadie, dejando el lugar en una serenidad pura.

Ahora ya no había tal silencio sepulcral que detonaba el lugar, por el cual Jimin le había llamado la atención. Si no que ahora tenía a toda hora a un pequeño pelinegro acompañándole y poniéndole su mundo de cabeza.

¿Era extraño? No lo sabía.

Hoy día fue algo fuera de lo común. Jiminie se encontraba sentado en una de las mesas sin percatarse del menor que estaba detrás de los libros posicionado a espaldas. Parecía demasiado concentrado y nervioso, y si no hubiese sido por Jimin quien lo llamó enseguida, él no había tenido el valor de regalarle esa preciosa flor.

Al parecer al menor se le había pasado un poco la timidez, pero lo más gracioso era que solo era con su hyung. Con él podía atreverse a hacer todo.

Jimin acarició los pétalos y se le ocurrió una idea.

Se giró y con la yema de sus dedos, tocó la mejilla izquierda del pelinegro sorprendiéndolo dejándolo con los ojos bien abiertos.

—Tu mejilla es muy suave— Continuó con las caricias — Es más suave que la flor.

Para ese momento el alma Jungkook estaba en el mismo cielo.

Cerró ambos ojos, sus párpados cayeron suavemente tapándole la vista. Esa excepcional sensación de tranquilidad lo inundaron.

Jiminie... — Susurró en trance.

—¿Uhm? — Quitó su manito por cierta incomodidad que sentía. Él quería seguir tocándolo, pero no sabía si eso era bueno o malo.

Jungkook abrió los ojos y tragó en seco.

El siguiente color es el amarillo.

—Como la florCon delicadeza asentó la flor en la mesa. — Jungkookie...

Dime hyungSus pies volaban por debajo de la mesa, estaba nervioso, esa era una señal.

—Sinceramente me gustan más tus mejillasNuevamente llevó su mano acariciándolo— ¿Eso es bueno o es malo?

Jungkook no contestó, en cambio, se quedó absorto entre tanto suave masaje.

—Es bueno, pero sería mejor que solo te gusten mis mejillas y la de nadie másUn hermoso puchero salió de sus labios, aquello lo había dicho con un tono de recelo.

Eso es seguro Kookie No paró, esta vez apretujo sus cachetes en juego.

Pero no se habían dado cuenta que desde la puerta principal, estaba escondido un castaño claro espiándolos celoso por el pequeño pelinegro.

Arcoiris Infantil | Jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora