Capítulo 3: Keep calm and propuesta arriesgada

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20 de septiembre de 2019; La Laguna, Tenerife

Llegué temprano a casa, por suerte no me cogió el atasco habitual subiendo a La Laguna, es raro el día que no haya un accidente o un atasco en esta carretera, realmente es un maldito punto negro. Cuando llegué a casa, el gato me recibió alegremente, como suele hacer.

Nada más llegar, me duché y me puse algo de ropa cómoda. Ahora tocaba decidir qué hacer de comer.

-Oye Peludo, ¿qué te parece si preparo algo sencillo, como pollo o algo así?

-Miau

-¿No te parece demasiado sencillo?

-Miau

-Tienes razón, prepararé otra cosa, voy a por el libro de recetas, a ver, ¿dónde lo he dejado?

El gato se fue hasta la sala, supuse que a dormir sobre alguna prenda mía tirada en el sofá, pero me sorprendió un maullido. Caminé hasta donde estaba el gato. Se encontraba sobre una estantería, restregando su lomo contra un libro. Me acerqué a él y vi que era el dichoso libro de recetas. A veces pienso que el gato entiende perfectamente todo lo que digo. Solo le falta poder hablar.

Abrí el libro por una página al azar. La página 213, conejo en salmorejo. Me recordó al anuncio de la vieja de la carne de conejo, esta que empieza a decirle a su nieto un montón de recetas. De todos modos, no me gusta el conejo, así que seguí buscando. Página 123 del tema "Pastas". Espaguetis a la carbonara.

-Bueno, es una receta sencilla, pero está muy rico, creo que ya sé qué voy a preparar de cena. ¿Qué te parece, Peludito?

-Miau

-Pues me pongo a ello

Algunas veces me pregunto si es normal hablar con mi gato, la soledad es lo que tiene...

Saqué todos los ingredientes de la nevera y de la despensa y me puse a hacer la cena. Eran las 20:45, quedaban unos quince minutos para que llegara Gabriel, supuse que no tardaría más de eso en acabar la cena, aunque también tenía la esperanza de que llegara tarde, había oído algunos rumores de que el señor Hernández no era muy puntual. Espero que esos rumores sean ciertos...

Ya había terminado de preparar la cena y fui hasta el sillón, quería ver la tele un rato. Pero qué casualidad, justo en el momento en que iba a sentarme en el sillón, sonó el timbre del portal, y a estas horas no suelo recibir visitas, así que supuse que era él.

Cogí el telefonillo para abrir.

-¿Quién es? -Pregunté.

-Soy Gabriel, abre, que hace frío afuera -Respondió él.

Pulsé el botón de abrir, y mientras subía me puse a preparar la mesa, poner los cubiertos, sacar el refresco y eso... (¿Qué? ¿De verdad pensábais que iba a servirle un vino? Eso sería si tuviera una cita romántica, con Fran, por ejemplo...). Ahora sí, sonó el timbre de mi puerta, y obviamente, fui a abrir, no iba a dejarle en la calle.

-Buenas noches, Gabi, pasa

-Llámame Gabriel, por favor. -Me dijo de manera muy seca.

-Vale vale, no te pongas violento, ¿es que ya no puedo tutearte?

-Sí, lo siento, es por culpa del estrés que sufro a diario... -Dijo, disculpándose.

-¿Qué te pasa?

-Es que... trabajo demasiado, es sólo eso, no te preocupes. ¿Qué has preparado para cenar? -Me preguntó, intentando destensar el ambiente

-Pues he hecho unos espaguetis a la carbonara, espero que te gusten.

-Has dado en el clavo, son mis favoritos.

-Pues menos mal, no tenía ganas de preparar algo más.

Se rió

-Ya he preparado la mesa, si quieres puedes sentarte, iré sirviendo la cena

-Puedo ayudarte, si quieres.

-Me parece bien.

Nos sentamos a la mesa y nos pusimos a cenar. El gato, por supuesto, se acostó sobre mi regazo, como ya es costumbre. No ocurrió nada interesante mientras cenábamos, excepto que el gato cambió su postura. Solo hablamos de cosas banales, hasta que por fin terminó la cena.

-Y bien, ¿qué era eso tan importante que tenías que contarme?

-Bueno, es algo importante, necesito que me des una respuesta a esto que tengo que decirte antes del 7 de mayo, es un sí o un no.

-Gabriel, me mata la intriga, ¿puedes contármelo ya?

-Está bien, te lo contaré... Me han ofrecido un puesto de trabajo en el National Post, un periódico canadiense con sede en Toronto, y pensé que serías perfecta para el puesto. Sé todo lo que implica, pero es una gran oportunidad para darte a conocer como la gran redactora que eres. Además, dominas el inglés, ¿no?

-Eh... Sí, domino el inglés, pero creo que esto me viene muy grande, no me veo viajando a Canadá tan pronto, es una decisión complicada, tendría que dejar de lado muchas cosas que he conseguido aquí, soy la periodista favorita de Lucía, aunque ella no lo exprese de manera alguna, últimamente mis artículos son casi los únicos que se publican. No sé qué hacer...

-Sé que es una decisión difícil, pero necesito una respuesta, tienes un mes para pensártelo. Por favor, dame esa respuesta antes del día 2 de abril, si no, tendré que rechazar el puesto, sabiendo lo que eso conlleva.

-¿Me podría llevar el gato al menos si aceptara?

-Creo que no hay problema con eso, pero por favor, dame esa respuesta. Ahora debo irme, tengo que atender un compromiso, ¿quieres que te ayude a recoger todo esto?

-Tranquilo, puedes irte, yo lo recojo, además, tú eres el invitado, hasta la próxima Gabi.

-Buenas noches Amy.

Y con estas palabras se fue. Si os soy sincera, es la primera vez que me llama Amy, pensé que nunca lo haría. Retiré lentamente a mi gato y lo llevé hasta el sofá mientras dormía. Raro es que no se despertara. Se ve que tenía el sueño bien cogido.

Cuando terminé de recoger, me senté junto al gato y encendí la tele. Cogí mi teléfono y marqué el número de Fran y le di al botón de llamar. Eran ya las 22:17, deseaba que estuviera despierto. Sonaron dos tonos y descolgó.

-¡Buenas noches Amy, qué sorpresa que llames a esta hora!

-No sé cómo lo haces para estar siempre de tan bien humor.

-Bueno, tus llamadas siempre ayudan... -Me respondió él, amablemente

-No te imaginas lo que me acaba de pasar...

Y este ha sido el tercer capítulo de esta historia. Espero que os guste. Como siempre, dar las gracias a todos mis lectores. Por cierto, he tenido que anular la publicación de "Y le sorprendió la muerte...", y no sé si volveré a subirla en algún momento. Quiero dedicarle más tiempo a Lenny y a Amy (spin-off). Dicho esto, espero publicar de manera más frecuente a partir de ahora.
Muchas gracias a todos.

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Estas cosas solo me pasan a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora