Recuerdos

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El corazón de Isabelle latía rápido, rápido y más rápido aún, podría servir como un indicador pero Isabelle, ya había perdido su fé en ella misma, por lo que no quería nada de un indicador, Isabelle salió de la cama, fue al pasillo sigilosamente y a escuchar, Isabelle no escuchaba nada, pero solo hasta un momento, escuchó un paso a su izquierda, leve, pero lo escuchó

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-No podemos decirle de los papeles de adopción -susurraba su madre- ¿como crees que lo tomará?
-No podemos mentirle toda la vida, si esto lo descubre, va a estar defraudada de nosotros por mentirle, la chica ya tiene 12
-Ugh pero es que...
-Que, ¿te gusta mentir?
-No es que... No creo que se lo tome bién
-pues ahora..
Sí que lo sabes
-hija... Y-yo... Es que...
-callate "madre" -dijo Isabelle con unos ojos llorosos, en ese momento, Isabelle estaba acabada, completamente destrozada- gracias pá, por no querer mentirte -Isabelle fué a su cuarto a encerrarse, no quería saber nada, nada más de su madre, quisiera nunca haber escuchado eso-

Isabelle despertó y caminó sigilosamente al lado contrario de dónde escuchó los pasos, miró hacia atrás

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El oso, la estaba mirando, esa mirada, penetrante, los nervios, el latido del corazón, todo se sentía tan... Tan... Horrible, aterrador pero, en lo profundo de Isabelle ella se sentía... Vacía, sin alma, el oso dió un paso adelante, Isabelle uno atrás y como si de una carrera con Isabelle con ventaja se tratara, comenzaron a correr, tirando jarrones, muebles, la adrenalina, corría por la Sangre de Isabelle, corría como ella y el oso

mi querido ositoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora