Capítulo 3

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–Solo fue un mal examen, mamá. Sabes que Amil es lista y se esfuerza mucho –dijo Antoine.

–Eso a la Clave le da igual. Lo que importan son las notas. Más tarde os diré la decisión del consejo.

Amil salió cabizbaja, seguida por Antoine que le abrazó nada más salir.

–Vamos con los demás. –dijo Antoine agarrando la mano de Amil.

Los chicos estaban en el salón. Antoine se sentó en el sofá e hizo que la chica hiciera lo mismo.

–¿Qué pasa?

–Me quieren mandar a la academia.

Se hizo el silencio.

–¿Cuánto tiempo?

–Todo el año. No quiero ir. –Amil bajó la cabeza.

–Amil. –Isabelle le llamó.

Todos le abrazaron para darle ánimos. La chica salió al pasillo.

–Te vas mañana al anochecer.

–No, por favor, Isabelle.

–Lo siento pequeña. Dura lex, sed lex.

–Lex malla, lex nulla. Ese es el lema de mi familia.

Isabelle no contestó y se dirigió a su despacho. Las lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Amil. La chica subió al tejado, cosa que solía hacer cuando se agobiaba.

–¿Por qué a mi? –gritó al cielo parisino. –Déjame tranquila. Solo quiero vivir con Antoine. –Amil comenzó a llorar.

Noa le abrazó y le quitó las lágrimas de las mejillas.

–Nos tenías preocupados.

–Lo siento. Necesitaba respirar aire puro. Sabes que lo hago cuando necesito relajarme.

Noa sonrió y bajó al salón junto a Amil. Pasaron el día todos juntos, como hermanos. Después de cenar, Antoine besó a la chica y le llevó a la habitación.

–Disfrutemos de la última noche.

Antoine mordió el cuello de la chica, que se dejó hacer.

(...)

–Petite, debes hacer las maletas.

–No quiero. Escapémonos juntos.

–Esfuérzate al máximo. Pueden hacerte volver antes de tiempo.

–Escápate conmigo.

–No, petite. No podemos escaparnos.

Amil bajó la cabeza.

–Esfuérzate y no te rindas nunca.

Antoine besó la cabeza de la chica. Fueron a desayunar, pero en el camino, Amil chocó con Rado.

–Perdón. –dijeron ambos a la vez.

Rado continuó caminando y Amil se dio cuenta de que se le había caído algo. Lo cogió y vio que era un pedazo de una foto.

Abrió la boca sorprendida y echó a correr hacia el cuarto de Antoine.

–¡Petite! –gritó éste, pero Amil ya había llegado a su cuarto.

Antoine corrió tras ella. Amil miraba una foto con lágrimas en los ojos. La foto de Rado encajaba con la que habían encontrado en la mansión Blackthorn en Idris.

–¿Es mi hermano?

–Ve a hablar con él.

Amil asintió y se dirigió a la habitación de Rado.

–Nem, ¿puedo pasar?

El chico se sorprendió, pues aun no había oido hablarle.

–¿Cómo has sabido mi nombre? No estabas cuando me presenté.

–Me ha salido solo. –Amil le tendió la foto. –Se te ha caído tu parte en el pasillo, y encaja con la mía.

–¿Cuándo murieron tus padres?

–En la Guerra Oscura.

–Los míos también.

–¿Viajaban mucho?

Rado asintió.

–¿Crees que somos hermanos?

–Tendremos que hablar con Jules.

Nem abrazó a la chica y besó su cabeza.

–Siento como te he tratado.

–Déjalo. Pasado.

–¿Tu apellido es Blackthorn?

Amil asintió.

–Serían demasiadas coincidencias.

Cazadores De Sombras (Atleti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora