Era el momento, estaba tan emocionada que no podía esperar más, la tormenta llegaría justo al termino de mi turno o eso había dicho Charlie el meteorólogo del barco. Según esto la tormenta no seria lo suficientemente fuerte como para ser peligrosa o para correr algún riesgo durante ella.
Asi que seria la mejor que vere en este viaje, actualmente me encontraba en las cocinas preparando el menú de la comida y la cena, la mayoría de las cosas serian las que vienen en el buffet ya establecido pero los platillos individuales eran el reto de mi trabajo, generalmente dejaba los mismos platillos por dos días para que las personas tuvieran la oportunidad de probar de todas las cosas que están disponibles en él.
Eran las 6 pm cuando termine de preparar la comida, ahora solo tendría que ir a la borda y admirar el paisaje, ni siquiera me quitaría el uniforme de las cocinas. Este uniforme era negro, al ser la cheff tenia un uniforme diferente a los demás cocineros, era el típico uniforme de cheff profesional solo que portaba la insignia del crucero en el pecho y un gran delantal negro en mi frente para evitar ensuciarme por la comida. A excepción de mis zapatos, en vez de usar los del trabajo, yo siempre traía puesto un par de botas negras de casquillo. ¿La razón? Simple, una vez me fracture las falanges de mis pies cuando me cayó todo el almacén de crustáceos que teníamos refrigerados y congelados. Era como si una pila de hielo te cayera en el pie, muy doloroso.
Así que decidí comprarme esas botas y asi evitar mas accidentes o incapacidades por parte de mi trabajo. Las cosas mejoraron después de ese accidente. Comencé a trabajar en cruceros hasta que gane la suficiente fama para viajar con las personas ricas, príncipes, artistas, jefes de empresas, etc.
Mi vida iba viento en popa, por asi decirlo, estaba a gusto con mi empleo y viajaba por todo el mundo... gratis.
¿Qué otra cosa se puede pedir?
No faltaba mucho para la tormenta, ni siquiera me quite la cofia de tela negra con una calavera pirata que tenia en la cabeza, simplemente salí por el pasillo hasta subir a la cubierta y marchar hacia el frente del barco. Al pasar salude a uno que otro comensal que había conocido de viajes anteriores y amaban mi cocina. Incluso me habían ofrecido trabajo en sus casas o empresas y por una suma de dinero mayor a la que ganaba aquí. Pero eso no me importaba, yo quería seguir viajando y poder ver el océano en todo su esplendor.
A lo lejos se veian las nubes negras acercándose con ferocidad, el viento soplabla fuerte moviendo las banderas que adornaban el barco, los marineros se encontraban vigilando los alrededores en busca de algún cliente borracho en la cubierta o por la presencia de menores que correrían algún tipo de riesgo en este clima. A mi me ignoraban, ya sabia que yo saldría a observar el espectáculo. Incluso el capitán, a quien conocía bien, me dejaba hacer lo que quisiera dentro del crucero, el sabia que aunque me prohibiera hacer algo de todas maneras encontraría una forma de obtener lo que quiero.
Soy una mujer terca y orgullosa, asi me criaron mis padres. Y no iba a cambiar mi voluntad por complacer a los demás.
La tormenta había llegado al fin.
Azotaba el barco con ferocidad, al parecer nuestro meteorólogo se equivocó en eso, vaya sorpresa pensé con sarcasmo.
De todas maneras, era un espectáculo increíble, algo digno de los dioses de crear. Bue trabajo Zeus y Poseidón.
El mar comenzaba a moverse cada vez con mas fuerza, tuve que sujetarme fuertemente de la barandilla del barco para no caer. Las olas en la costa se hacían cada vez mas potentes chocando contra el pintoresco puerto. Las voces a lo lejos me decían que regresara al interior del crucero, que las cosas no eran seguras en este momento, pero no les hice caso, estaba hipnotizada con tal maravilloso evento.
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Piratas del caribe?... ¿Johnny deep?
FanfictionAna Elizabeth Banner trabajaba de cheff para uno de los cruceros mas lujosos del mundo, su vida era el mar, a todas horas, todo el tiempo. Cierto día ella cae por la borda del barco y despertar en un lugar extraño ¿Por que todos la se vestían de ma...