Este invierno pudo ser menos frío que el anterior

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El día en que Arthur se atrevió a compararse con Martín, este le brindó un puñetazo.

No, era claro que su descendencia europea, cabellos rubios, ojos verdes y gran inteligencia eran atributos dignos de ambos.

Pero no, nunca serían iguales.

Martín jamás haría llorar a la persona que ama, mucho menos exponerla entre la espada y la pared, haciendo que este tome una decisión bastante frágil de forma muy absurda.

Cada noche, luego del golpe que le entregó a aquel chico inglés, Martín se preguntaba que había hecho mal.

¿Por qué Manuel había decidido dejarlo? ¿Que tenía el anglosajón que él no tuviese?

Martín había dedicado una vida casi entera a quién consideraba como su 'Alma gemela'. Se habían conocido en las puertas de su antiguo instituto, ambos confundidos y perdidos. Un encuentro casual que los llevo a sacar risas, luego una charla y una rápida amistad, que al paso del tiempo se fue intensificando. Cuando cursaban su tercer año, Martín con dieciseis años optó por declararle su amor a Manuel, un amor que mantuvo bajo llave durante mucho tiempo.

Al poco tiempo, se volvieron novios.

Martín se sentía muy feliz, pasaban tardes riendo, jugando a la pelota, compartiendo libros o simplemente se pasaban la tarde acostados entre las hojas del otoño, contando anécdotas con sus manos entrelazadas en el pecho de alguno de los dos.

Eran tardes cálidas de otoño, en las cuales compartían todo su cariño como si se tratase de un secreto, uno con mucho valor sentimental.

Fue una lástima que, al llegar a su último año, esos días tuviesen que terminar.

Manuel se fue a estudiar licenciatura en lenguaje, esperando poder convertirse en un profesor o si era aún mejor, un escritor.

Martín por su lado, era un aficcionado a todo lo relacionado a la Biología y Química, no era de sorprender que escogiese estudiar medicina.

Seguían viendose, y compartiendo de ese cálido amor cuanto pudiesen, pero ya no era lo mismo de antes.

Mientras más pasaba el tiempo, más lejana se volvía su relación, casi como si fueran simples desconocidos.

Martín conoció a mucha gente, Manuel también, pero nunca se esperaron lo que sucedió a base de ello:

Manuel, compartiendo tardes de invierno entre termos con te y libros, y un chico rubio a su lado.

No, no era Martín.

Cada vez se iban viendo más, al punto que cualquiera podría asegurar que Manuel pasaba más tiempo con el chico aquél que con su propio novio.

Una común tarde de otoño, Manuel arreglaba sus cosas, había quedado con Martín, y Manuel, al ser el mayor en la relación (él y Martin se llevaban por un año de diferencia) quería mostrar madurez e intentar de arreglar las cosas.

Y, ahora estarían riendo, compartiendo de esos lentos días de invierno juntos.

Si no hubiera sido por aquellos labios que, con agilidad tomaron prestados los del chileno, en un desesperado intento por no dejarlo ir, por querer estar con él.

Si, es verdad, pudo haberse evitado, y ahora Martín y Manuel reirian, acostados en esas hojas caídas de otoño compartiendo el calor de sus manos.

Sin embargo, Manuel le devolvió el beso al Inglés, y lo había escogido a él.

「 W e  d o n ' t  t a l k  a n y m o r e  」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora