Cuatro pm., viernes por la tarde y prácticamente tenía la escuela para mi sola ya que el último grupo de universidad casi salía, estaba sentada en la explanada frente al auditorio, solo podía escuchar el ruido de los autos, faltaban unas horas para que cerraran pero la luz aún era buena para continuar leyendo un rato.
Genial Mara, una de las mejores fiestas de fin de año empieza en unas horas y tú aquí estudiando.
La voz en mi cabeza repetía una y otra vez sin dejarme concentrar, debía repasar era ahora o nunca, digo todos sabemos que por mucho que jures que estudiarás el fin de semana nadie lo hace, y terminas dejando todo para el domingo a la media noche.
Además no había que perder la oportunidad, ya que en ese último grupo de universitarios se encontraba uno de los muchachos más guapos de la escuela, Brad, mi "crush" desde mi primer día en esta escuela.
De pronto el delicioso aroma a chocolate caliente, pan recién horneado y cuernitos me hizo salir de mis pensamientos, la cafetería seguía abierta.
Moría de hambre y hambrienta uno no piensa con claridad, así que decidí ir por un capuchino con cajeta antes de irme.Recogía mis cosas para dirigirme ahí cuando el timbre sonó anunciando la salida del último grupo, y ahí estaba el, caminando por la explanada mientras veía su celular y sonreía.
Ojalá esa sonrisa fuera por causa tuya.
Era bastante guapo, un metro ochenta, cabello castaño obscuro que fue cubierto por un beanie gris, a pesar del frío usaba una de sus playeras pegadas blancas que dejaban ver su tan bien marcado cuerpo y sus enormes bíceps, era un par de años mayor pero realmente no me importaba digo tampoco es como que fueran unos diez o algo sólo dos; iba tan embobada viéndolo que no me di cuenta por donde caminaba y choque con otro niño de su grupo, para mi buena suerte era Daniel mi mejor amigo, había sido mi hada madrina ya que nos había presentado y así había tenido la oportunidad de conocer y hablarle un poco más a Brad.
-Lo siento Dan.
Dije avergonzada mientras recogía sus libretas y mi carpeta.
-No te preocupes Mara, deja eso ya.
Imitó mi acción y ayudo a levantarme.
-¿Cómo estás? ¿Irás esta noche?
-No lo sé, la verdad mis amigas irán, pero yo no tengo muchas ganas.
-Vamos linda, no me digas que te quedarás en tu casa viendo Netflix, tienes que ir, dime a qué hora paso por ti.Así era Dan, desde que lo conocí prácticamente se la pasa avisándome a donde saldremos, me trae de un lado a otro sin preguntarme si quiero o no ir. Por un lado está bien, de no ser por él y mis amigas me la viviría en mi casa viendo películas o leyendo, no es que no tenga familia, viva sola o algo así, es sólo que desde que mis padres se divorciaron hace unos años mi madre se la vive trabajando en su restaurante y Adrián, mi hermano mayor, se la vive en la universidad, con su banda o en el restaurante con mamá.
Así que sólo hemos sido Max y yo por un rato, él es el mejor compañero que yo pudiera desear, ese pastor inglés juguetón es todo lo que necesito ver al llegar a casa.
-Está bien, te llamaré.
Respondí al fin.
-Bueno si para las 8 no me has llamado iré por ti de todos modos.
-Lo prometo
-Está bien, te veo luego.
Depositó un beso en mi mejilla en forma de despedida y siguió su camino hacia el estacionamiento de la universidad.Miré la hora en mi reloj, cinco en punto, si quería llegar a casa a tiempo para arreglarme debía irme ya, me giré para buscar a Brad pero fue inútil, lo había perdido de vista.
Danielito Danielito, siempre tan impertinente.
En fin, suspiré ya que la cafetería estaba cerrando también y no podría ir por ese capuchino, así que caminé hacia mi edificio y subí los tres pisos correspondientes hacia mi casillero, llegué agotada, el aire me faltaba.
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Beginning Again
Teen FictionDicen que el "amor" llega cuando menos lo esperas, justo cuando quizá habías dejado de buscarlo. Pero, si tuvieras la oportunidad de borrar a tu amor platónico de tu mente, y con él todo el dolor que te causó, ¿Lo harías? Un botón de reinicio. Una s...