Capitulo 23

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Miraba hacia el frente, con sus ojos verdes perdidos en la visión del cielo nocturno. Las estrellas no podían divisarse debido a las luces de la calle, giraba el teléfono en sus manos como si no se hubiese dado cuenta de ello. Se mordió el labio inferior, aún podía escuchar las voces de su madre y de su tía hablando en el piso de abajo. Luego del shock que sufrió su madre, la siguiente reacción de la mujer fue reclamarle a su tía por aquello. Por haber permitido que su "hijita" cambiara de aquella manera para luego reprenderles, especialmente a Tsunade y Naomi, por no haberle dicho antes. Luego cenaron tranquilamente, tratando de aparentar que nada de aquello había pasado. Su madre ni siquiera le había dirigido una mirada en toda la cena. Estaba enojada, y sabía que se abstenía de reprenderla por el simple hecho de que Ino se encontraba presente, no sabía si se sentía aliviada por que su madre no le hubiese dicho nada aún, o decepcionada por que en toda la noche hubiese fijado su atención solo en la Yamanaka.

Las voces se callaron indicándole que ya la conversación había terminado y dándole paso a un nuevo sonido que indicaba que su madre se acercaba a su habitación. De seguro para por fin hablar con ella. Tembló un poco consciente del miedo que sentía por lo que pudiera decirle, unas cuantas palabras que le hicieron helar la sangre habían llegado a sus oídos momentos antes.

"Tal vez sea por la mala influencia en Konoha" había dicho su madre en un momento dado para reprender a su hermana "Tal vez lo mejor sería retirarle del colegio y hacer que se vaya a ese curso pre-universitario, tú lo has dicho, Orochimaru se ha estado moviendo para ello y la pueden aceptar por su calificaciones..."

No pudo escuchar mas ya que en seguida cerró su puerta. Mientras respiraba entrecortadamente... no podían hacerle esto a ella. Su madre no podía haber reaccionado tan mal como para obligarle a irse de Konoha, no después de que al fin había sido aceptada por sus compañeros, no después que había conseguido amigos... no después que había logrado que Sasuke por fin se fijase en ella...

Sasuke.

Una lagrima se escapó solitaria. Sasuke ni siquiera había querido estar con ella en la cena. Había recibido mensajes cariñosos de sus amigos, y de él ninguno.

Observó la puerta que segundos después se abrió y fue lo suficientemente rápida como para quitarse la lágrima de la mejilla. Su madre lucía el cabello castaño agarrado con un palillo chino, algunos mechones se habían salido de su lugar pero no la hacían ver menos atractiva. Su madre era una mujer sumamente hermosa. Sus rasgos de la cara le hacían ver que la edad no le habían afectado para nada, sus ojos se mantenían firmes y su porte era de una mujer que sabía darse a conocer y a respetarse, no por nada era una abogada reconocida en Tokio. Le vio entrar con lentitud a la recamara para luego cerrar la puerta tras ella. Y entonces le vio suspirando como si realmente estuviese cansada de todo aquello y por primera vez cuando cruzó la habitación, y la luz de la luna reflejó sus rasgos notó que de verdad su madre estaba cansada, ella que nunca había aparentado su edad, ahora se veía como la mujer de casi 40 años que era.

Sakura seguía sentada en la cama sin apartar su mirada de ella, la observó tomar asiento a su lado.

-Sakura – la escuchó decir como si se hubiese resignado y la chica sintió ganas de llorar. La mujer subió una de sus manos y le acarició el cabello - ¿Por qué has hecho esto? – preguntó con tranquilidad.

La pelirrosa pensó un poco. Y pensó en Sasuke, en como había decidido cambiar por él, en la libreta que reposaba aún en el cajón de su escritorio...

-Lo necesitaba – contestó al fin, tomando aire y preparándose para hablar – mi otra apariencia... mi anterior apariencia – se corrigió – me hacía sentir insegura. Quería... quería hacerme un cambio completo yo... yo quería tener confianza en mí.

¿Como conquistar a un Uchiha?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora