La radio estaba roñendo la estática, sin notarlo desde hace una hora se habían mezclado las emisoras a causa de la lluvia que azotaba desde la madrugada. Se había humedecido él ambiente pero a pesar de ello era un domingo muy caluroso, la brisa golpeaba él ventanal haciéndolo gruñir como quien deseara entrar para refugiarse de la lluvia.
Él vino adormilaba mi garganta y desvanecía él sabor en mi lengua pidiendo mas, lastima, la copa estaba vacía.
La noche anterior mi esposo y yo fuimos al tango club, un local de luces bajas, música lenta y personajes grises, en la entrada, un muchacho de no mas de veinte años recibió nuestros abrigos y los coloco en un perchero detrás de una puerta de madera que servía a su vez de pizarra que anunciaba bienvenidas a los que entraban al lugar, desde fuera, se escuchaba a la gente aplaudir, la función ya había empezado. Como cada sábado mi esposo buscaba un motivo para salir y tomar hasta quedar colgado y como cada sábado yo buscaba un razón para ir al tango club, una hilera de mesas se extendía a mis flancos adornadas con parejas que disfrutaban de la función, una mujer delgada de piel tostada y vestido al ras cantaba mientras se balanceaba en él escenario, "Madame lucille" asomaba su cabeza desde detrás de escena asegurándose de que su teatro estaba causando efecto en sus visitantes y si que lo hacia, hasta donde mi vista alcanzaba no había hombre alguno que no estuviera embelesado.
A pocos metros de la entrada encontramos una mesa vacía, la cual ocupamos en espera de la siguiente función.
Un hombre algo mayor de cabello canoso y corbata café camino lentamente por él escenario, él pisar de sus zapatos resonaron en todo él lugar hasta que llego al otro extremo, un piano de cola reposaba a media luz del reflector, él hombre se sentó, acomodo hacia él un pequeño micrófono, saludo a los presentes y comenzó a tocar, él publico en general se estremecía al escuchar como él pianista acariciaba las teclas, mi corazón se detenía por segundos dejándome flotar fuera de mi por un instante y dejándome caer de nuevo.
La noche estaba por terminar y mi esposo se despedía de algunos conocidos a no menos de dos pasos de donde me encontraba parada. Él hombre de cabello canoso y corbata café paso junto a mi, sus labios articularon palabras inaudibles acompañadas del esbozo de una sonrisa veloz. Tome de manera automática la mano de mi esposo, me sudaban hasta la punta de los dedos pero él no lo notaba, observe rápidamente mi alrededor, él hombre había desaparecido solo había dejado su presencia y una imagen en mi mente, sentí él tirón del brazo que me indicaba que por fin partiríamos.
Ya en él taxi, él chófer nos llevo a paso lento, me parecía una eternidad. Mis manos inquietas jugaban con él anillo en mi dedo mientras fingía escucharlo hablar, solo quería llegar, tomar algo de vino y descansar. Una llamada por él móvil lo hizo callar, me miro, sonrió y dio seña de disculpa para atender la llamada, no preste atención en lo mas mínimo, ya no quería prestar mas atención, ya no quería tener que solo observar y sin querer seguía haciéndolo mientras veía caer las gotas de agua en él cristal de la ventana.
Llegamos, eran la 3:00am, como cada semana ya de costumbre dejábamos todo en él salón principal y subíamos al cuarto, mi esposo tomaba un baño mientras me contaba desde dentro sus planes para la siguiente semana para ascender en él trabajo, yo en cambio preparaba dos copas de vino, ya era la cuarta de mi parte y él pulso me seguía fallando, con una quinta o sexta podía mejorarlo, las puse sobre la mesa de noche y me desabroche él cinturón que deje caer al suelo, tome las copas y entre al baño hasta él marco que separa la ducha del lavabo, extendí la copa y él sin vacilar dio un sorbo mientras continuaba hablando y se cruzaba la toalla a la cintura. Nos sentamos a la orilla de la cama, mientras me despojaba de mis aretes, comenzó a sonar su teléfono de nuevo, eran las 5:00am, lo vi salir de la habitación y bajar las escaleras, tome la copa de la mesa y me levante, una lágrima bajo por mi mejilla hasta mi boca, un sabor amargo y triste, me seque con cuidado y baje lentamente a medio camino lo vi en él sofá con la copa vacía, inerte, solo su sombra danzaba en la pared pero él no, él no se movía , había muerto y yo había sido la responsable, llevaba días preparándolo todo, él veneno en la copa había sido mas rápido de lo que había previsto "madame lucille" me había dicho que duraría horas en hacer efecto, él suficiente tiempo para verlo sufrir.
Su cuerpo comenzó a darme escalofríos, estaba perdiendo él efecto de valentía que daba él alcohol en mi sangre así que tome él trago de golpe y baje lentamente hasta tenerlo de frente, ya no hablaba, por fin hacia silencio y era extraño, mi estomago comenzaba a revolverse y me sentía mareada, me deje caer en él sofá junto a mi difunto esposo, había tomado de más y me estaba pasando factura además tenia un cadáver acompañándome la velada, todo comenzaba a dar vueltas, sujete él brazo del sofá hasta que todo se detuvo de nuevo. Sentí que algo se movía , ya él no estaba junto a mi.
Él efecto del alcohol estaban jugando con mi mente, lo vi pasar a mi izquierda y subir las escaleras, al instante bajo con la botella en la mano, trate de hablar pero no salían las palabras, no entendía que había sucedido, él sonrió he hizo un gesto hacia él suelo del sofá, estaba empapado, una mancha rojiza delataba él vino derramado, nunca había bebido él veneno, él sorbo que había tomado fue fingido? Maldición .
Una llamada entro de nuevo, era "madame lucille", había advertido al desgraciado horas antes, quería levantarme y hacerle comer él teléfono pero solo logre dejar caer mi brazo, coloco la botella en la mesa y se despidió de mi, lo vi salir. Había escapado de él, ya no lo escuchaba hablar, ya no tenia que fingir escucharlo habar, sol escuchaba la radio sonar pero con ella si no fingía escuchar.
La radio estaba roñendo la estática y él no llegaba, era un domingo muy caluroso y él veneno ya estaba quemándome por dentro, parecía la tarde mas calurosa de la semana y mis ojos no se querían cerrar, una mosca llevaba rato paseándose por una vejiga que había reventado en mi mejilla justo donde había bajado aquella lagrima, escuchaba la radio pero él no llegaba, él hombre de cabello canoso y corbata café no llegaba, había sido mi amante hacia ya unos meses atrás, habíamos reunido todo él dinero que tenia para irnos esta misma tarde pero no llegaba, nunca llego.
Ya no escuchaba nada ni el viento soplar, ni su voz , ni su piano , ni la estática del radio, tenia la boca seca, la garganta dormida y la lengua queriendo mas. Lastima, la copa estaba vacía..
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666 Historias Antes de Morir
Mystery / ThrillerTe Atreves a entrar en los últimos minutos de vida de aquellos que fueron marcados por el capricho de la muerte? Tu curiosidad podrá mas que este anfitrión? Que esperas para probar?... Bienvenido a Un Recopilatorio de desventuradas Historias que ll...