People Help The People [Ziall]

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Disclaimer: The picture isn’t mine. El OS es mío y Ziall no tiene contacto conmigo.

Summary: ―Te amaré, por si tenías dudas. ―Te amo. ―él repetía sin control―. Y lo haré incluso después de que tu corazón deje de latir.

People Help the People

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Nada contra toda voluntad, siendo una decisión extraña, rara y resumiendo antes de decir todos esos adjetivos, era una decisión mala. Pero mi corazón latía desbocado, tanto que lo sentía en la boca y mis oídos zumbaban ferozmente ante la excitación de lo que iba a hacer.

Observé cautelosamente la habitación blanca mientras mi cabeza daba vueltas. Quería irme de una vez; y no me refería a irme y refugiarme en la cómoda cama en mi casa, aunque tampoco podía quejarme de la del hospital… Simplemente quería morirme de una vez.

No sabía con precisión cuanto tiempo me quedaba de vida, tampoco lo quería saber. El día no iba a tardar mucho en llegar, de eso estaba totalmente seguro. Perdí la cuenta de cuanto tiempo llevaba en ese lugar. Veía como la cama de a lado la ocupaban y desocupaban las personas… Yo seguía ahí, sonriéndoles y deseándoles lo mejor. Claro, ellos regresaban a verme.

Por alguna extraña razón, cada persona que conocía se encariñaba tanto conmigo que preguntaban por mi salud siempre. Tiempo atrás, cuando estaban internados junto a mí, les contaba mi situación, justo al terminar de hacerlo, lloraban a mares diciendo cosas como ‘yo sólo me he roto la pierna’,  ‘me han sacado las amígdalas’, ‘deseo ser yo…’.  Puedo imaginar lo horrible que es para ellos conocer a alguien a meses, semanas, días para morir…

Con cuidado bajé mis pies al suelo frío y suspiré: se sentía bien; me sentía libre. Desconecté los aparatos y me quité esa aguja que estaba en mi vena, dándome un medicamento extraño, ¿o era suero? No tenía ni la más mínima idea.

Avanzaba por la habitación sin ser visto realmente, la cama continua a la mía estaba desocupada por el momento. Mi enfermera me mataría cuando me viera por aquí. Reí ante lo irónico de mi pensamiento.  Coloqué una mano en el pomo de la puerta antes de que esta se abriera y dejara ver a una castaña con un chico en una silla de ruedas. Retrocedí con los ojos abiertos.

―Niall Horan ―gruñó en tono bajo con una mirada reprobatoria―. ¿A dónde pensabas ir? ¿Qué te he dicho sobre tu salud? ¡Regresa ahora mismo!

― ¡Amy! ―supliqué. Ella negó con la cabeza y me dirigió hasta mi cama donde se encargó de dejar todo como antes y revisar que estuviera en orden todo―. De todas formas moriré ―dije en voz baja.

Sabía que me había escuchado cuando vi como se le nublaba la mirada. Me arrepentí de inmediato.

―Lo siento tanto ―me disculpé intentando remediar mi error―. No quise decir algo tan crudo.

―Es la verdad ―respondió y por más que lo intentó, no pudo sonreírme.

Realmente no la culpo. Amy tenía un extraño enamoramiento conmigo, desde mi inició en esta institución… Serán dos años y medio el día de mañana. Me lo confesó tiempo atrás, siendo rechazada por mí y no me malinterpreten, ella es hermosa, pero no había nada de ella que me hiciera sentir aquello llamado amor.

Pareció recordar al chico en la puerta porque se sonrojó y regresó por él. Ese chico era demasiado hermoso. Piel apiñonada, expresivos ojos cafés achocolatados y enmarcados de miles de pestañas negras al igual que su cabello. Le sonreí de oreja a oreja pero simplemente me dedicó una mirada enojada antes de enfurruñarse en su cama.

One-Shots [Annelice|Tumblr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora