CAPÍTULO I

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   Suena la alarma de mi móvil. ¿En serio me tengo que levantar? Es un soleado domingo. Mi casa vacía porque mi madre está trabajando. Como costumbre, no me gusta desayunar los domingos, por tanto, no desayuno. Me levanto de la cama, me aseo, vuelvo a mi cuarto, hago la cama y ordeno todo. Una vez ordenado mi cuarto, me siento a estudiar en el sofá pequeño del salón. Bueno, sí, "estudiar", que acabo estando con el móvil.

   Pasan un par de horas y ya es hora de comer. Obviamente dejo de hacer lo que estoy haciendo y me pongo a comer. Termino de comer y me llaman al móvil. Es mi madre y dice que tengo que ir a comprar y a pasear al perro.

   En la calle, voy dando vueltas por el barrio para pasearlo. La casualidad que me encuentro con un antiguo compañero de clase y hablamos un buen rato.

—¡Hola! ¿Cómo te va? —me pregunta David.

—Wow, ¡cuánto tiempo David!

—Sí, bueno jeje. —está nervioso.

—¿Y tu chica? —pregunto.

—Ya... No... Estoy...

—¿Cómo que ya no estáis juntos? ¿La dejaste por mi? —le cortó.

—Mmm —no responde.

—Ya hablaremos. ¡Adiós! —me despido.

 Al llegar a mi portal, ¡boom! Están las puertas abiertas como si hubiese una mudanza. Mm... ¿Quién se está mudando? Veo que en la carretera, enfrente del portal hay una furgoneta de mudanzas. Entonces, dejo a mi perro en casa porque si no ladraría a quien sea. Salgo de casa y me siento en el escaloncito del portal a esperar.

Simplemente EnamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora