¿¡Pero que demo@-,(:@!?

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[En ese momento en que me da la wea y me pongo a escribir cualquier cosa. Aquí un mini cuento para aquellos que se aburran y quieran reírse un poco, si es que le da risa. ]

Era ya de mañana, el sol golpeaba suavemente los ojos de una joven de no más de 27 años, bastante alta, líder en su grupo de amigas, pero bueno, era un domingo hermoso, perdón, fue un domingo hermoso hasta que se encontró con un mapache en su cama.... ¿que mierda acababa de pasar? Se preguntaba ella, el mapache se le había acercado un poco y está joven sin miedo saco una pistola que tenía en el velador y el mapache retrocedió un poco.

Jovencita:—Eso es, aléjate o te con convertiré en hembra, y si, soy buena disparando y haciendo mapaches transgénero.~

El animal en su estupidez se volvió a acercar y empezó a morder el cañón de su pistola, bien, ya no puede hacer mucho.

Jovencita: —Vamos, deja de morder.... sabes, amanecí de humor así que más te vale no cambiarme el animo.

El mapache ya se estaba casi tragando el cañón de armas, y la joven solo levanto una ceja.

Jovencita: —¿Caso eres un mapache chupa verga o que?.

Solo se levanto de la cama para irse a preparar un café y tiene un mapache que la anda siguiendo hasta la sala, ¿¡que mierda sucede?!. Decidió ignorarlo, pensó que se iría por donde vendría pero en realidad el mapache con suerte y se movía para morderle las pantuflas. . .

Jovencita: —Ya, ¡para! Dije que pares mierda.

Al parecer el mapache acató la orden por qué la miro a los ojos y estiró sus manos, y ahí fue cuando la joven alta suspiro, se amarró el cabello y le regaló una caricia al mapache en la cabeza.

Jovencita: —Maldito, en serio te voy a reventar las pelotas.

Se quejó escudando la puerta, fue a abrir y sorpresa ¡era su ex novio! ¿Que mierda quería ahora el muy inútil? Pensaba la castaña mientras observaba al idiota de su ex, claro, era solo una maldita escena.

Ex:—Hola, sabes, quise venir a verte y saber de ti y ver sin quieres salir conmigo.

Jovencita:—No, no y no......—Su vista de desvío al mapache que le estaba gruñendo al otro.—Oye chico, te ganas un poco de comida si le muerdes las pelotas a este desgraciado. —

Y cómo por arte de magia el mapache se abalanzó encima de la ex pareja de la castaña mordiéndole como nunca uso sus fauces las pobres y ya inexistentes pelotas del chico.
Y se puso a reír, claro que el mapache volvió por lo suyo y cerró la puerta dejando entrar a su ya "amigo" mapache a la casa.

Jovencita: —Bien, ¿y que mierda comes tu?.

Si, era muy grosera cuando estaba sola, no le importaba después de todo quedaría entre ella, un mapache come bolas y unas paredes.
Fue en busca de un poco de tocino y se lo dio, al menos eso le gusto.

Jovencita: —Sabes, mejor te adoptó, ¿cómo quieres que te llame?.—El mapache disfrutaba del tocino como si fuera un manjar y con el hocico manchado con trocitos de tocino miro a la castaña.—Te llamaras tocino.

El mapache lo aprobó con un "aplauso" aunque parecía que solo se echaba más tocino a la boca. Recibió una llamada, era su jefe, contestó y solo empezó a recibir una larga charla, pero bueno, solo fue una extensa charla para decirle que tiene que ir a trabajar en dos días más por qué se ganó unas vacaciones pequeñas. ¿Y en qué trabaja? Es policía, una policía que ahora cuida de un mapache aparentemente homosexual y que le gusta el tocino, una combinación perfecta.

[FIN DEL PRIMER EPISODIO NOCTURNO DE LE MUA (yo), si les gustó leer esto, si tienen alguna idea y se les saque una sonrisa, comenten, se los agradezco.]

Un mapache y yo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora