Ya han pasado un par de semanas, casi un mes, desde que llegamos, y en otras dos más se supone que comienzo el colegio.
Me corresponde, por edad, entrar a décimo, pero debido a que me adelanté en mis estudios me ofrecieron entrar un curso más arriba, es decir, onceavo.
En algo que haya servido las clases particulares que obligaron a tener cuando mis padres creían que estaba bajando las notas, y simplemente para tener más opciones en cuanto a la carrera que quisiera estudiar, blah blah blah.
Al menos tendré un año menos de colegio.
Hoy salimos a comprar los últimos materiales que necesitaré, como lápices, cuadernos y quizá unos zapatos nuevos.
Mi uniforme, por suerte ya lo tenemos desde hace unas cuantas semanas.
Mi papá comenzó su trabajo nuevo el día después de nuestra llegada, por lo que casi nunca lo veo. Se va temprano, y llega tarde, pero por alguna razón siempre tiene tiempo solo para mamá.
Después de que desayunáramos, mamá me mandó a vestirme, y que lo hiciera rápido pues quería aprovechar el día para hacer varias cosas.
No sé por qué, pero tenía un buen presentimiento acerca de hoy. Puede que sea porque es la primera vez que salgo de la casa desde que llegamos, pero sea cual sea la razón siento que algo me dice que me pasará algo grande.
Con esa sensación, escogí arreglarme un poquito.
Hice mi rutina de todos los días: bañarme, lavarme los dientes, ponerme crema; para luego vestirme en mis skinny jeans negros, una camiseta de tiritas con una blusa abierta y mis botines. También me hice una tranza espiga, y me puse un poco de rimel y labial, además de una pulsera y aros.
Creo que me demoré más de lo que pensaba, porque mi mamá ya me gritaba.
-¡Ya voy, mamá!- le grito de vuelta.
Tomo mi billetera, celular y los esenciales, y los guardo en mi cartera.
-Ya era hora- dijo cuando bajé las escaleras, y después ve lo que tengo puesto, -Estas bonita, ¿alguna razón en especial?
-No, solo un buen ánimo.
Cerramos la casa, y nos fuimos al mall.
Entramos al supermercado para conseguir todo en un mismo lugar, y después de un poco más de una hora teníamos todo lo que me faltaba. Luego de haber pagado, mi mamá me dijo:
-Voy a dejar las bolsas al auto, y después voy a ver algunas cosas, ¿me acompañas o prefieres pasear por las tiendas?
-Prefiero pasear por ahí,- respondí sabiendo cómo es mamá cuando compra, -¿Nos juntamos cuando termines?
-Bueno, yo te llamo- contesto, yo nos fuimos cada quien por su lado.
Primero entré a una tienda de cosméticos que me llamó la atención, donde me compré una crema con olor a rosas.
Seguí paseando, cuando vi una librería. Ni lo pensé cuando fui a la sección de fantasía y ciencia ficción, mi género favorito. Me encanta leer sobre un mundo lleno de magia y de aventuras, monstruos y héroes que luchan por lo que creen, y se enfrentan a todos los obstáculos.
Comencé a tomar distintos libros que me llamaban la atención, llenando mis brazos de distintas novelas de distintos autores.
Estaba tan metida en mi propio mundo de libros, que no me di cuenta de que alguien se me acercaba.
-¿Te ayudo en algo?
Salté del susto, botando los libros de mis brazos.
Estaba tan avergonzada, mis cachetes rojos, que me agaché al tiro a recogerlos sin mirar al que me habló.
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Inmarcesible
Teen FictionInmarcesible; Que no puede marchitarse. Sofia Larson es una niña de 16 años que sufre un gran trauma, por lo que sus padres deciden comenzar de cero en un nuevo colegio, en otra ciudad. Ahí, Sofia conoce a Maximiliano, o Max, Montes. Max viene de...