Prólogo

210 26 34
                                    

-si te quedas aquí enfermaras-

El hermoso niño de cabellos azules levanto con sorpresa su cabeza y miró a quien se encontraba frente a él.

-soy Aorios-

Era un niño de su misma edad.

Cabellos castaños, ojos marrones.

Un nerviosismo invadió cada fibra del cuerpo del pequeño peli-azul quien se acurruco en la manta sucia que cubría su cuerpo.

Podía sentir el calor golpeae sus mejillas, era la primera vez que hablaba con un niño de su edad.

Aorios sin importar ensuciarce se sentó al lado del niño, incomodándolo.

Le sonrió de una manera triste y le pregunto.

-¿Qué haces aquí? Esta lloviendo-

El niño de cabellos azules se quedo callado, por un momento quiso comentar algo sarcastico, pero decidió callar.

Estaba lloviendo, lo sabía, su cuerpo estaba empapado y el cuerpo de ese niño castaño también.

Cuando comenzaron a caer las primeras gotas de agua que presentaban a la lluvia, él había buscado un lugar donde protegerse de lo que vendría, pero no encontro nada.

No le permitían entrar a las tiendas y mucho menos quedarse cerca de ellas.

Al final tubo que conformarse con un pequeño callejón para dormir.

-no tengo casa-

La mirada que le dirigio Aorios fue una llena dd tristeza.

-te llamas Saga ¿No?-

Saga no pudo esconder la sorpresa que sintió al escuchar su nombre en la boca de ese niño castaño.

-¿Cómo lo...?-

-Vives a la casa de al lado mío.
Somos vecinos. Se que nunca nos hemos visto, pero conozco a tu gemelo, Kanon, tu papi se encuentra desesperado por encontrarte-

Saga no supo que responder.

Él siempre se encontraba encerrado en su habitación, a diferencia de su hermano quien siempre estaba a fuera.

-no quiero regresar a casa-

Aorios lo miró con curiosidad.

-¿Por qué no quieres regresar?-

-mi hermano se encuentra en coma, a mi padre no le implrta si regreso o no, y a mi papi.... no me importa si a el le preocupo-

Saga realmente lucía como una persona muy triste y deprimida.

Aorios lo miró de manera enfadada, no podía creer lo que Saga decía.

-¡No deberías decir eso! ¡Tú papi estaba destrozado! ¡Quiere encontrarte!-

Aorios se puso de pie y miró de manera preocupada a Saga.

No lograba comprender por que ese hermoso niño no quería regresar a su hogar.

-quiero que nos veamos otra vez-

Un enorme sonrojo cubrió las mejillas de Saga.

-si regresas a casa, visitame, recuerda que somos vecinos-

Saga no quería regresar a casa, pero....

Triste ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora