Our Eternal Bond

Prólogo

Todo había sucedido demasiado rápido, sus ojos no podian enfocar al enemigo, era como ver una pelea fuego contra hielo donde el primero tenia una ventaja enorme.

Evitaba observar los cuerpos apilados de aquellos que alguna vez fueron amigos o compañeros suyos, nadie dijo que esta misión sería tan difícil y probablemente la última. Sus manos temblaban, apenas podia sostener su arma, el miedo también era su enemigo pues nunca lo había experimentado, por primera vez era la presa, y esos ojos rojos no dejaban de intimidarle.

- Pareces cansado, podemos parar si lo prefieres, tengo toda una eternidad por delante.

El pelinegro que tenía enfrente había dicho aquello de una forma tan sarcastica y burlona que le hacia hervir la sangre, quería borrarle esa sonrisita de suficiencia que le cruzaba por los labios, pero seguía ahí, de pie sin saber muy bien que hacer.

- Viktor Nikiforov, un gran cazador, un hombre honorable para la iglesia, capaz de acabar con una legión de vampiros el solo, aclamado por multitudes, adorado por todos, si te viesen así ahora ¿qué crees que pensarían?.

La voz del pelinegro resonó por el lugar causandole escalofríos al cazador. El peliplata debia aceptarlo, de todos los vampiros a los cuales se habia enfrentado este era singularmente especial, sus ojos, su porte, su voz, cualquier cosa proveniente de el imponia respeto, miedo y algunas otras sensaciones que nunca había experimentado.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por las pisadas ajenas que cada vez eran más cercanas, tomó su arma con ambas manos y apuntó hacia el pelinegro, si el otro acortaba distancia lo suficiente tendría una oportunidad de herirle de gravedad o dejarlo fuera de combate, pero tardó demasiado en aquella conclusión antes de darse cuenta que el mas bajo estaba a espaldas suyas mirandole con detenimiento.

- Viktor, Viktor, gastaste una buena oportunidad, es una lástima pense que tu serías distinto a los demás, no eres tan prometedor como yo creí, solo fueron palabras, rumores... aquí termina todo.

Un dolor inundo su cuerpo, un dolor a la altura del pecho, bajo la mirada y pudo ver como una mano le atravesaba, la sangre comenzó a manchar su ropa y escurrir por sus labios, pronto la tos acudió y con su diestra cubrió su boca mientras una punzada le daba aviso que la mano del vampiro era retirada de su cuerpo dejándole una herida mortal. Las fuerzas le abandonaron poco a poco, terminó cayendo de rodillas, sus ojos amenazaban con cerrarse y su vida por extinguirse, con las últimas fuerzas que tenía volvió el rostro hacia su enemigo, quién tenia una sonrisa de satisfacción en su rostro, pero esos ojos ahora parecian estar sufriendo, observo como el otro probaba un poco de su sangre antes de terminar en el suelo.

- Es un triste final para ti Viktor... pudiste haber hecho más, pero yo terminé por ganar, adiós Nikiforov.

Fue lo último que pudo escuchar antes de ser cobijado por la oscuridad.

Abrió los ojos de golpe, levantandose sobresaltado, su respiración era pesada e irregular, estaba empapado en sudor y por acto reflejo toco su pecho, seguía vivo, suspiró de puro alivio antes de mirar hacia su derecha y encontrarse con un rostro familiar, todo había sido un sueño, una pesadilla.

- Yuri - canturreo mientras le acariciaba la mejilla. - Me alegra que solo fuese un sueño.

El mas bajo se removió un poco bajo su mano antes de abrir sus ojos.

- Viktor... - musitó en un hilo de voz

- Yuri... vuelve a dormir mañana sera un día largo.

- Tengo hambre, Viktor.

- Tendré que alimentarte entonces, pero primero tomaré una ducha.

- Esta bien, puedo esperar.

- Mi pequeño Yuri.

Deposito un beso en la frente del otro antes de levantarse de la cama y dirigirse directo a la ducha, todo era tan extraño después de un año juntos que no terminaba por acostumbrarse, pero era feliz al lado de aquel joven, y eso nadie terminaría por arrebatarselo, lo protegería a cualquier costo, inclusive si tenía que matar a su propia familia.