Capitulo 3 - Propiedad

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Así que, ¿No le has dicho? -Empezó hablando Papi con su mano debajo de su mentón aparentando seriedad.

¿Decirle qué a quién? -Preguntó Popee sorprendido ante la repentina aparición de aquel sujeto extraño. Bufó irritado al verse interrumpido de su preciado tiempo de calidad consigo mismo pensando trucos nuevos y divertidos.

A Kedamono obviamente -Exclamó como si fuese lo más obvio del asunto golpeando su rostro levemente ante la falta de iniciativa de aquel chiquillo frente a el.

¿Decirle qué? -Preguntó aún algo confundido aunque el leve sentimiento de incomódidad se iba expandiendo por todo su cuerpo de manera involuntaria. Quería evitar lo máximo posible aquel tema.

¿Acaso todas esas muertes te han dejado idiota? -Preguntó con un tono de voz cansado pero al ver la mirada asesina del rubio así como sus intenciones de sacar sus fieles cuchillos decidió carraspear intentando arreglar la situación- Quiero decir, estoy preocupado por ustedes dos, son muy jovenes y realmente me entristece ver como sufren~

Directo al grano rarito soleado -Bufó ante tanto rodeo. No le importaba en realidad que era lo que le quería decir, sin embargo no es como si tuviese tampoco un lugar mejor al cual ir a perder su tiempo. "No lo tenía si Kedamono no estaba ahí". Sacudió su cabeza gruñendo irritado consigo mismo.

Dile a Kedamono que quieres entrarle duro -Dijo con una sonrisa radiante la cual ocultaba su irritación ante el apodo que le había dado ese muchacho malcriado. Suspiró decidiendo dejarlo pasar por ahora, ver ese sonrojo en el inmutable chico era el mejor pago.

¡Deja tus estupideces de lado, anciano pervertido! -Gritó euforico antes de sacar su armamento de cuchillos y empezar a acribillar a ese sujeto que no hacía más que descontrolarlo. De muy mala manera debe aclarar. Se sintió levemente satisfecho al verlo sangrante y colgado en aquella pared frente a él.

¿Feliz? -Preguntó Papi con un poco de dificultad pero aún sin borrar aquella sonrisa satisfecha de su rostro lo cual solo lograba irritar y descontrolar más a Popee- ¿Le dirás~?

Cierra la boca de una jodida vez... -Murmuró intentando controlar la sed de sangre que le pedía su cuerpo. Si el fuese lo mataría en ese momento, pero había algo que se lo impedía. Decidió dejar el asunto de lado antes de darse la vuelta y empezar a alejarse del lugar.

Hazlo por tu moribundo padre, solo quiero que sean felices... -Tosió sangre antes de empezar a ahogarse en la sangre que se acumulaba en su boca más las heridas de su propio cuerpo no ayudaban mucho.

Muerete de una vez -Dijo de forma terca aunque un poco más calmado antes de irse a buscar a Kedamono. No es como si le interesara ese sujeto sol, solamente ya se había aburrido de estar solo.

Una vez que Popee se había desaparecidó en busca de Kedamono, fue justo en ese momento en que el cuerpo de Papi desapareció el cual apareció de nuevo desde su baúl.

Parece ser que este chico es más directo, las cursilerías dramaticas no van con el -Se quejó encaprichado al haber hecho una escena de telenovela para nada. Bufó algo deprimido por el hecho de haber fallado, pero una sonrisa juguetona en su rostro se formo casi al instante como si nunca se hubiese entristecido.

Tenía una buena idea.

¿Dónde estará ese lobo...? -Murmuró en un quejido algo aburrido de estar buscándolo. Más sus ojos se ampliaron al notar como Kedamono se encontraba comiendo una gran cubeta de piezas de pollo. Sin pensarlo se acercó hacia el quitándole la pieza de sus patas ganándose la mirada asesina de su amigo junto con un gruñido amenazante- ¿Quién te las dio? -Al ver el cabeceo señalando a Papi el cual se supone estaba muerto, metió con brusquedad la pieza de pollo dentro del hocico del contrario antes de ir hecho furia hacia el "inocente" sol.

Nuestro trato (Popee x Kedamono) (Popee The Performer) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora