¿Cuándo fue que me enamoré? (Yaoi/Gay)

Capítulo 4. Algo cambió

Ya habían pasado 4 días desde que el gángster no hacía acto de presencia en la escuela. "Seguro anda metido en algún lío con la policía y por eso no viene".

Después de todo, esos 4 días habían sido completamente relajantes y llenos de paz para mí. Podía contemplar al profesor Miyano con tranquilidad, pero de alguna manera me sentía solo. Debe de ser porque el oxigenado era el único que estaba a mi lado, así sea a la fuerza y sea una molestia todo el día.

Terminando las clases, dos chicas muy bien proporcionadas se habían ofrecido a calmar mis deseos más "puros" y no tendría por qué negarme si es que la maldita y demasiado nerd delegada de la clase, no me pidiese que le llevara los apuntes a Takumi.

– ¿Por qué tendría que ir yo? – La miré de arriba hacia abajo con desprecio – ¿No ves que estoy a punto de ir a divertirme con estas dos preciosuras?

– Siento haber arruinado tus planes, pero eres el único que tiene algún tipo de relación amical con Shiga. – Soltó un corto suspiro, inspeccionándome de arriba hacia abajo para después, mirarme a los ojos a través de sus grandes gafas – Por eso, creo que eres el indicado en ir a darle estos apuntes. – Me los tendió y yo los empujé levemente.

– Tú eres la delegada y la encargada de hacer estas cosas, no trates de adjudicarme tus obligaciones.

Vi cómo ella tragaba saliva. La notaba demasiado nerviosa y a la vez molesta. Para ser sincero, esta chica nunca me agradó. El hecho de que se crea la número 1 de la clase y de la escuela entera, me llegaba meramente al culo.

– Te lo pido, llévaselos... –titubeó mientras hablaba– Dejarlos en la puerta de su casa no va a costarte mucho tiem...

– ¡Deja de ser tan molesta! ¡Ya te he dicho que no se los voy a llevar! – Debo de haber alzado mucho la voz porque su rostro mostraba temor – ¡¿Acaso no ves que voy a ir a follar?! – Ese era yo, el dueño de la sutileza y honestidad.

– Walker, agradecería que dejara de estar gritando temas obscenos, que sinceramente nadie quisiera escuchar.

¿Había escuchado mal? ¿Acaso esa voz no provenía de...?

– ¡P-p-profesor Miyano! – Ya imagino la cara que debo de haber puesto al darme la vuelta para encararlo – Yo... ¡yo solo estaba bromeando! – Sentía mis mejillas arder peor que una tetera hirviendo.

– Si claro... bromeando – Desvió su mirada hacia la delegada, acercándose a ella para que le diese los apuntes de Takumi – Tú llevarás esto, Aoi... y no quiero escuchar un no como respuesta o alguna queja salir de tu boca.

Sentí que las chicas jalaban de la manga de mi chaqueta haciéndome ver que aún estaban allí.

– ¡Claro que los llevaré con mucho gusto! – Me solté del agarre de las sobrantes y avancé un par de pasos para tomar los apuntes de las manos del profesor Miyano.

Por un instante nuestros dedos se rozaron y debido a los nervios, solté los papeles, los que cayeron regándose en el suelo.

– P-perdón... – Musité, agachando la cabeza para ocultar la evidente vergüenza que denotaba mi rostro.

Él se agachó para recoger los folios tirados en el suelo. Tardé unos segundos en reaccionar para hacer lo mismo.

– Alumnas, ya pueden retirarse, quiero conversar unos segundos con su compañero. – Mostró una impecable sonrisa al par de chicas que me darían diversión. – Y... gracias Aoyama, por preocuparte por tu compañero Shiga. – ¿Le estaba dando las gracias a la cuatro ojos? ¡Qué molesta!