Desde mi almohada

¿Lila?

Le he gritado varia veces y al parecer no escucha, así que no queda mas que entrar a su habitación, me he cargado un vaso con hielos como plan B, por si no quiere despertar.

No funciono nada.

Mi esposo carga a mi hija hasta el auto y nos dirijimos al hospital, al llegar pasamos por mil especialistas, mil teorías, mil opiniones distintas que al final nos dejan todas en el mismo destino.

Lila está en coma.

Pasan las horas, los días, las semanas, los meses, los años y ella no despierta, vamos perdiendo la fe, aunque queremos mantenerla encendida, y aunque todo parece perdido, llegó lo que creemos, es una señal, una señal de que dentro de ese cuerpo en coma, hay aun un alma que desea salir.

Conectan cables, insertan agujas, aparatos extraños que encienden y apagan en mil colores, que ponen desde su cabeza hasta sus pies, junto a la cama está una pequeña pantalla con una bocina, también una impresora, el doctor dice que dentro de la mente de Lila se pueden guardar desde textos hasta imágenes y sonidos, que ayudan a dar esperanza y pruebas de que el cerebro continúa trabajando.

Estamos observando imágenes que Lila ha guardado, imaginado o recordado durante estos años, suenan sus canciones favoritas por medio de la bocina, y poco poco, la impresora muestra hojas repletas de textos, ideas, canciones, poemas, todo lo que Lila se dijo a si misma lo tenemos en nuestras manos, 15 años de una vida en coma.

Mi esposo llega y tengo todas las hojas sobre la mesa, se ha sentado y las estamos leyendo, de vez en cuando se sale una pequeña lágrima de nuestros ojos, pero lo mas importante aquí es que sepan todas las aventuras que Lila creo dentro de su cerebro joven, ocurrente, y lleno de vida.