Capítulo 10

76 7 0
                                    

Ejército, esa palabra no dejaba de rondar mi cabeza, cada vez que veía a mi alrededor no podía dejar de pensar en que muchas personas serían asesinadas en unos años y que yo no podía hacer nada, tenía mucho por analizar pero en este justo momento lo único que quería hacer era ir a la escuela y contarle todo a Tomás, por el amor de Dios, tengo que actuar ahora en 5 meses y medio me voy al maldito internado o escuela esa, voy a explotar.

Desde que tengo memoria me estreso por todo, no juego, por cualquier cosa vivo estresada, esto ha sido un golpe bajo para mi en estos momentos en los que vivía sin preocupación alguna, la escuela es fácil, mis amigos son fáciles, los consejos de mis amigas son fáciles, mi familia es fácil, mi vida era fácil.

El amor, simplemente no me interesa en estos momentos.

Ya se lo que tengo que hacer si no puedo hacerlo ahora mismo mañana iré con mi padre y le preguntaré porqué no me había dicho nada de esto, y también que es lo que yo puedo hacer para remediarlo.

No, no, no, no puedo. Mi abuelo dijo que le iba a costar el trabajo a mi padre, el trabajó mucho para llegar a ese puesto y no creo que sea justo quitárselo.

Sólo se lo voy a contar a Tomás, él sabrá que hacer.

-¡Tomás! ¡Ven aquí ocupamos hablar- dije mientras tomaba su brazo y lo sacaba del grupo de amigos con los que él conversaba.

-Amalia, no se qué es tan importante, pero juró que si esto es por la muerte de algún personaje de un libro...

-¡YA! Tenemos que hacer algo ahora, me acabo de meter en un problema que tiene que ver con muchas vidas, y diferentes países.

-Ven, Dame un abrazo.

Fui muy extrañada hacia él, me acerque y lo abracé y el me empezó a peinar el pelo, me quedé extrañada, me apretó y levantó levemente.

-Sabía que algún día tantos libros te harían daño, vamos, te llevo con la psicóloga, todo estará bien, no te preocupes, Dame tu mochila- dijo con voz tranquilizadora, le di mi mochila siguiendo su juego- bien, muy bien, vamos- me cargó en su hombro, me sigue sorprendiendo con lo fuerte que es.

-Ven conmigo- le dije y lo jale hacia la salida

Me solté de sus brazos y empecé a contarle todo.

Le enseñé todo, leímos un par de libros y logramos hacer varios planes, que yo casi tuviera una crisis de nervios, y que Tomás me diagnosticara con un síndrome llamado "perfección" que también leyó aunque esto ultimo creo que es una tontería.

Había un gas, es lo último que recuerdo.

Me desperté en la mañana, sentí la cama un poco mas dura de lo normal, abrí los ojos y vi que estaba en un hospital. No recuerdo como llegué aquí, pero pronto vi a mi madre con  una gran sonrisa en el rostro.

-¡Despertaste! ¡Que felicidad!

-¿Desperté?

-Deja y te explico, estabas en clase de química, y quedaste inconsciente por una mala mezcla de químicos, Tomás igual pero el despertó hace 2 meses y medio, dos semanas después de caer en coma.

-Bien, bien, mucho para asimilar, bien, ¿puedo ver a Tomás?

-Sí, el ha estado algo raro, y va a la cada y se mete en el baño y no sale basta la noche, tu amigo es raro.

-Lo sé, lo sé, pero dime la verdad a todo esto, donde estaba cuando ustedes me vieron después de eso.

-En la casa dijeron que le llamaron a unos compañeros de tu Papá y ellos fueron por ti.

-Bien, entiendo.

Ocupo salir de aquí.

°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_°

Voten!!!! <3

Así soy: SoldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora