Frabulloso día.

43 2 2
                                    

Desperté, y no me tomo ni dos segundos en saber que al fin... Al fin había llegado el gran día, el día en el cual, dejaría todo lo conocido para irme a lo desconocido. Estaba sumamente nerviosa, no podía dejar de pensar en que dejaría todo, en especial a mi madre y amigos, que desde siempre, han sido mi único apoyo... Las piernas me temblaban al igual que las manos, hasta que al fin, pude relajarme. Me levante de la cama y me senté. Me quede viendo fijamente el suelo y mi mente quedo en blanco, nuevamente me quede perdida en mis pensamientos... Hasta que escuche un ligero golpeteo en mi puerta y se abrió.

-Hola mi niña, ¿como te sientes?¿estas lista? -Dijo mi madre de una forma tierna, pero nerviosa-

-Hola mamá... Buenos días. No lo se... 

Mi mamá, inmediatamente se dio cuenta que estaba asustada, aparte de conocerme perfectamente, era obvio, en mi forma de hablar, y en como frotaba mis manos en mis piernas.

Se sentó a lado mio y me abrazo.

-Mi niña, no tengas miedo, esto es un nuevo paso de tu vida, aveces, la marea puede ser muy fuerte, pero puede que te lleve a un mejor destino. No creas que por irte me perderás a mi o a tus amigos, yo siempre estaré para ti, no importa donde estés, y tus amigos, si son verdaderos estarán siempre para ti, al igual que yo. No tengas miedo de ir a nuevos horizontes. -Me dijo mi madre, con una sonrisa en su rostro-

Al escuchar esas palabras, no pude evitar el llanto, y la abrace fuerte y le dije:

-Mamá, no quiero perderte nunca, nunca te vayas. -Con un nudo en la garganta-

-Jamas te dejare mi niña. Vamos, ponte tus sandalias, que te e preparado tu té favorito.

Nos levantamos de mi cama, y nos dirigimos a la cocina, me senté en una de las sillas del comedor, y mi mamá servio el té.

Todo ese tiempo en el que bebíamos el té, fue completamente silencio, pero no de una mala forma, mas bien... De una forma tranquilizadora, parecía que ese silencio nos unía de una forma en el cual las palabras no podían. Voltee a ver el reloj, y me di cuenta que faltaban dos horas y media para que mi vuelo partiera, y yo seguía en pijama. Me levante rápidamente de la silla, y mi mamá al ver la hora, también lo hizo. 

-¡Por dios!, ¡es tardísimo! -Exclame de una forma algo espantada-

-¡Corre! Ve a bañarte.

Apresurada mente fui a bañarme, me arregle, y acomode en una pequeña bolsa todo lo que posible mente podría ocupar en el transcurso del vuelo. Mi vuelo salia a las 8:30 de la mañana, eran las 7:50, afortunadamente, un día antes había preparado mis maletas, parecía que todo estaba listo.

En eso escuché la puerta abrirse... Era Kat y mis demás amigos, que se habían puesto de acuerdos para irme a dejar al aeropuerto junto con mi  madre...

Al verlos a todos juntos, las personas mas importantes de mi vida... Me llene con un sentimiento de melancolía y tristeza, y solo no podía dejar de verlos, hasta que Kat me pregunto:

-¿Estas bien, Alice?

-Si, si... Estoy bien.

-¿Estas lista? Es hora de irnos... -Dijo Kat, melancólica-

-Si... Creo que si...

-Tranquila...

Obviamente Kat, también se daba cuenta de lo asustada que estaba, creo que todos los que me conocían se daban cuenta... Bueno, era imposible para mi no estarlo, aun que intentara estar tranquila, no podía...

En eso, mi mamá se acerco a nosotras para preguntarnos si ya era hora de partir. 

Al decir eso, un escalofrío recorrió mi cuerpo por completo.

Todos salimos de la casa, mi madre saco el auto y nos dirigimos al aeropuerto. Todo el camino se me hizo eterno, estaba muy, demasiado nerviosa, en ver que cada metro, cada kilómetro, me dirigía al sitio que me llevaría a un lugar completamente desconocido. Mientras íbamos en el auto, vi una mariposa negra, sentí que podía significar algo, ya que noches pasadas, soñé que estaba parada en un campo junto con mi padre, en el cual estaba lleno de mariposas negras... Me quede pensando un buen rato, no le puse mucha atención, tenia demasiadas cosas en mi mente como para pensar en eso, lo único que ocupaba mi mente era en que me iría lejos, y que dejaría todo, me quede pensando en eso un buen rato y en eso escucho la vos de mi madre diciendo 'Hemos llegado'.

Por dios, ya estábamos en el aeropuerto, eran las 8:20 de la mañana, solo quedaban 10 minutos con mi mamá y mis amigos, 10 minutos solamente, estaba desesperada, esperaba que el vuelo se retardara o que se cancelara para otro día, pero no fue así. Estaba apunto de irme y de dejar todo.

-Bueno... Parece que es hora de la despedida definitiva, mi niña... -Dijo mi madre, llorando-

No supe que decir... Caí en el llanto junto a ella, nos abrazamos... No quería que ese abrazo se acabara nunca, no, no quería dejarla... Pero tenia que hacerlo..

-Mamá, te amo, perdóname... -Le dije llorando-

-No llores mi niña, por favor no llores, estaré bien, no te disculpes, hoy comienza tu vida, te amo, siempre estaré contigo.

Nos separamos poco a poco, y vi a Kat, llorando... Jamas la había visto llorando, nos abrazamos y nos prometimos estar siempre juntas...

Creo que a una de las despedidas mas dolorosas hasta ahora. Me aleje lentamente de ellas y subí por las escaleras del avión, no podía dejar de mirar atrás y ver sus rostros llenos de lagrimas... Le rompió el corazón... Corrí a la ventanilla que estaba alado de mi asiento para poder seguir viéndolas... El avión empezó a moverse, y poco a poco las a vi a ellas mas lejos de mi... hasta que ya no pude verlas, el avión había alzado vuelo... 

Pasaron 10 minutos y ya estaba alejada... Mis lagrimas seguían saliendo de mis ojos involuntariamente, así fue aproximadamente una hora o más, hasta que me quede dormida.

Tuve un sueño muy raro, soñé con aquellas luces que vi esa noche en la casa abandonada, pero esta vez no estaban en una casa abandonada, me vi en un gran bosque, en la noche, yo iba persiguiéndolas y me llevaban a un gran castillo, un hermoso castillo con un lago, y a lo lejos veía la silueta de un chico delgado y alto, pero no veía su cara, caminaba para verlo mas de cerca, pero de repente escuche una vos diciéndome 'Oye, oye, despierta, hemos llegado', resulta que la vos era la señora que se sentó a lado mio, diciendo que me despertara.

Desperté, y no podría creer que tan rápido llegáramos, en mi sueño solo fueron 10 segundos, pero en realidad dormí dos horas y media, todos estaban bajando, y obviamente igual lo hice yo.

Cuando salí, el clima era frío, estaba lloviendo un poco. A lo lejos vi un chico chaparrito que vestía un abrigo rojo y un gorro azul, se acerco a mi y me dijo:

-Hola, tu eres Alice, ¿cierto?

Me quede callada por unos segundos, no sabia quien era, suelo ser algo desconfiada, pero conteste.

-Hola, si, así es, ¿y tu eres...? -Dije de forma seria, y algo cortante-

-¡Oh! Mil disculpas, mi nombre es Oliver, soy el que te llevara a tu nueva escuela, ¿no te dijeron que vendría a recogerte?

-No, no me dijeron nada, ¿como puedo saber que lo que dices es cierto?

Al decir eso, el chico saco de su bolsillo una credencial.

-Mira, esto es una credencial del instituto, puedes confiar en mi.

Recordé las credenciales de los sujetos que promocionaron el concurso, eran iguales, así que confié en el.

-Esta bien, confiare en ti. -Dije de forma algo ruda-

-¡Muy bien!, has tomado la decisión correcta.-Dijo entusiasmado- 

Salimos del aeropuerto y un auto nos esperaba, nos subimos, y llegamos a un gran edificio antiguo tipo medieval, era hermoso, ese era el edificio donde ahora viviría y estudiaría. Cuando nos pidieron bajarnos del auto, sentí un gran palpitar... esta seria mi nueva casa, solo tenia que esperar a ver que me depararía el destino en este nuevo y desconocido lugar.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 06, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

KilkennyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora