La alarma del despertador zumbaba en mis oídos y un rayo de luz pasaba por la cortina de mi ventana hasta mi rostro. Eran las 7 de la mañana de un viernes.
"Vamos Kara, un último esfuerzo. Ya es Viernes, mañana serás libre"
dije para mi misma y me levanté de la cama. Apagué la alarma y fui hacia mi armario por algo de ropa, luego me dirigí al cuarto de baño. Las gotas de agua fría que caían por mi espalda y mi rostro lograron despertarme del todo. 15 minutos después, salía del baño ya cambiada con unos jeans ajustados negros, una camiseta sin mangas básica color blanca y una camisa a cuadros bordó encima. Volví hacia mi cuarto en busca de mis Vans rojas y mi bolso. Me recogí el cabello en un moño un poco despeinado, me puse una capa de rímel y brillo de labios y estaba lista para irme. Eran las 7:30. Bajé corriendo las escaleras para encontrarme con mi padre y mi desayuno listos. Esta semana, las mañanas fueron muy tranquilas a causa de la ausencia de mi hermano menor.
"Buenos días" - dije con una sonrisa cansada.
"Buenos días, pequeña" - dijo mi padre, apuntando con su cabeza a mi desayuno esperando frente a él.
Me senté y comí un poco para ver que ya eran las 7:45.
"Debo irme" - dije dándole un beso en la mejilla a mi padre y tomando mi bolso de mi silla.
"Cuando vuelvas de la escuela debemos hablar" - dijo él, tomando el último trago de su café.
"Está bien!" - exclamé cerrando la puerta detrás de mi.
Una tibia, pero casi fría brisa rosó mi piel, indicándome que la primavera llegaba a su fin. Caminé 5 minutos hasta poder ver el Instituto a unos cuantos metros. Me adentré en él, escuchando la campana sonar justo cuando entraba a la sala de Biología.
"Justo a tiempo" - dijo el profesor Jones antes de cerrar la puerta a mis espaldas.
Me senté en mi asiento habitual en la última fila. Y, si se lo preguntan, sí, no soy de tener muchos amigos. La clase pasó bastante rápida a comparación de lo que yo esperé.
"No olviden el ensayo que tienen que entregar el lunes sobre las teorías de evolución" - decía el profesor mientras nos dejaba salir. "Cuenta como la primera nota del segundo semestre"
Escuchando las últimas palabras del profesor me dirigí a mi casillero, buscando con la mirada a mi mejor, y única, se podría decir, amiga Sunny. Al no encontrarla en los alrededores, decidí dirigirme a mi siguiente clase cerrando mi casillero. Me tocaba matemáticas, que diversión.
"Mátenme" pensé, mientras analizaba los ejercicios en la hoja que la profesora nos había entregado. Sí, teníamos evaluación, y yo no había estudiado. Logré hacer unos cuantos ejercicios, creo que 7 de 10 y me sentí tranquila al saber que eso me alcanzaría para aprobar. La campana sonó por cuarta vez esta mañana y me dirigí hacia la cafetería, donde por fin encontré a Sunny.
"Dónde te habías metido hoy?" - le pregunté mientras ponía una manzana en mi bandeja.
"Sólo me atrasé escribiendo un ensayo de historia. Cómo te fue en matemáticas?"
"Creo que bien" - dije mientras nos sentábamos en una mesa al lado de la ventana.
Terminé mi almuerzo, y luego de un par de chistes, caras serias y risas con Sunny me despedí y fui a mi siguiente clase. Todavía seguía molesta por el hecho de que no compartíamos más que 2 clases juntas, de las cuáles, ninguna nos tocaba hoy.
Mientras me dirigía a casa con los brazos cruzados en mi pecho a causa del repentino frío, recordé que mi padre quería hablar conmigo. Empecé a especular qué podría ser, esperándome un regaño, antes que todo. Cuando entré a casa y el calor se apoderó de mi me dirigí hacia el estudio de mi padre. Golpeé la puerta y entré.
"Hola, he vuelto" - dije mientras caminaba hacia su escritorio.
"Hey, cómo ha estado el instituto?" - preguntó mientras me sentaba en la silla frente a él.
"Excelente” - Mentí, recordando el examen de matemáticas.
"Me alegro... Uhm, bien. Hija, tengo que decirte algo importante"
"Bien, suéltalo" - dije mientras giraba lentamente en mi silla.
"Sé que esto te dará desprevenida y es posible que te enfades, pero no puedo revertir nada"
Empecé a preocuparme un poco, quedándome quieta en mi silla frente a él.
"Kara, volveremos a Canadá"