Capítulo 7: Parkour.

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Hermes llego al gimnasio donde se reuniría con unos chicos para hacer Parkour, un deporte que descubrió hace unos días y decidió probarlo, cuando llego se encontró los chicos hablando enfrente del edificio.

Hermes: Hola.

Chico 1: Hola, tu eres Héctor Hernández, ¿no? *Amable y sonríe*

Hermes: Sí, soy yo.

Hermes al ser el dios de los mensajeros, tenía varios sobrenombres, aunque ese es el nombre que más le gustaba.

Adam: Llámame Adam, yo te enseñare lo básico, si le vas cogiendo el ritmo podrás subir de nivel.

Hermes asintió y los dos entraron. El lugar grande y amplio, no estaba tan lleno, pero tampoco tan vacío, era impresionante cuanta gente le gusta hacer eso.

Adam: Este gimnasio tiene cuatro secciones, la primera, la de los principiantes, los cajones para poder saltar de uno a otro, la segunda es un suelo liso donde puedes hacer saltos acrobáticos, el tercero es ya un poco más complicado donde es una pequeña simulación de edificios para que te vayas acostumbrando a los de verdad y la cuarta son los trampolines. *Explica mientras Hermes escucha atento* Puedes empezar con las acrobacias y el salto de cajón, si consigues hacerlo cinco veces seguidas podrás ir al siguiente nivel. *Hermes asintió* En el segundo piso hay unos casilleros y una sala de descanso, puedes meter tus cosas en el número 14.

Hermes fue al segundo piso, pidió la llave del casillero y dejo sus cosas en el, lo cerro y fue a la primera sección e hiso saltos de cajón en cajón.

Adam: Impresionante, normalmente tardarías mínimo una semana en manejar solo esto, ¿seguro es la primera vez que?

Hermes: Supongo que es porque de pequeño hacia mucho ejercicio.

Adam: Quizás sí, la única que consiguió hacerlo a la primera fue mi prima.

Hermes: ¿Enserio?

Adam: Si, si quieres te la presento, seguro está en la segunda sección.

Los dos fueron al lugar, y se sorprendieron al ver tres chicas acomodando los cojines. Una era de pelo negro azulado y ojos grises, mientras que la otra era de pelo café al igual que sus ojos.

Adam: Naomi, Sara, ¿Qué están haciendo?

Sara: Katelyn quiere intentar un salto.

Adam: Ese oyó es demasiado pequeño como para que pase.

***: Me encanta tu confianza en mí primito. *Sarcasmo*

Los dos hombres voltearon y se encontraron a una chica con pelo negro con mechas verde azulado en una trenza y ojos heterocromos, negro y azul verde.

Los dos hombres voltearon y se encontraron a una chica con pelo negro con mechas verde azulado en una trenza y ojos heterocromos, negro y azul verde

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Katelyn: No veo donde esta lo complicado. *Se acomoda la manga* De pequeños nos metíamos en hoyos como esos.

Adam: Éramos unos enanos, y está muy alto como para entrar.

Katelyn: Ya veremos. *Sonríe traviesa*

La chica oji-bicolor chasqueo y las otras dos chicas se alegaron de los cojines que ya estaban acomodados, Katelyn se puso a tres metros de distancia, se preparó y corrió. En el camino hiso unas piruetas, dio un brinco cuando hubo un metro y...

 En el camino hiso unas piruetas, dio un brinco cuando hubo un metro y

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Entro en el oyó doblando su cuerpo en forma de flecha y de espaldas. En cuanto salió callo de rodillas en el cojín que había ahí. Todos los que estaban hay aplaudieron al ver como lo había hecho a la perfección.

Katelyn: ¿Decías, Adam? *Sonríe caminando hacia el*

Adam: Olvidaba que tu podías hacerlo todo primita.

Katelyn: Exagerado *Rueda los ojos y se da cuenta por primera vez que Hermes estaba hay* ¿Un novato? *Se cruza de brazos*

Adam: Cierto. Kat, él es Héctor, Héctor, esta es mi prima Katelyn.

Katelyn: Mucho gusto, si quieres llámame Kat. *Sonríe extendiendo el brazo*

Hermes: Igualmente, Kat.

El Dios le estrecho la mano y sintió como esta estaba tan fría que por un momento pensó que tenía hielo en la mano, pero enseguida sintió que una calidez lo embargaba desde las yemas de sus dedos, que rozaban la mano de la chica, hasta su corazón, soltó su mano, esa calidez desapareció tan rápido como apareció.

Katelyn: Bueno señores, lamento dejaros, pero le prometí a Naomi que haríamos una carrera en la tercera sección. ¿O les gustaría verlo?

Hermes: Por mi bien.

Adam: Bueno...

Los tres fueron, y las dos chicas tuvieron la carrera, fue bastante increíble y siguieron practicando más rato, de vez en cuando Hermes pedía que Katelyn le "enseñara" unos trucos, pero solo fue una excusa para que la chica estuviera cerca de él, ella no era tonta, conocía las intenciones del dios, pero las decidió ignorar, ya que pensaba que no era más que un sentimiento pasajero, que le pasaba a todos los que llegaban al gimnasio.

Pero no se imaginó que ese tipo iba a ser amable y divertido, y le sorprendió que no intentara coquetear con ella, al final, le dijo que podían verse de nuevo en el gimnasio. Hermes quería contarle a Apolo sobre la chica, preguntándose a si mismo como reaccionaria.

La Mujer Qué Enamoró A Los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora