Temblaba, el momento había llegado.
Mis piernas eran puro flan mientras sostenia la llave de la puerta frente a mí.
Al otro lado, mi principe soñado.
Dormido cual bello durmiente, o eso quería pensar.Nervios.
Encajé la llave, la giré, miré nuevamente al frente, cogí aire.
Exhalé.
Abrí con suavidad, entré en aquella estancia.
Una entrada con un pequeño salón, a la izquiera dos puertas, las habitaciones, a la derecha una cocina y el baño.Taquicardia.
Fui a la izquierda, la primera puerta y giré el pomo. Era el momento.
Más nervios.
Entrar y verlo ahí, estirado en la cama, boca arriba, ni se había quitado las gafas, me acerqué sin hacer ruido y lo miré.Hermosura.
Me agaché, lo observé de cerca, sus ojos tras las gafas, no se las quité, vi su pecho subir y bajar mientras respiraba, acaricié su mejilla rasposa por una barba de poco tiempo.
Aún así era bello.
Era bonito verlo, cara a cara, sin pantallas, sin distancias, sin nada en medio.
Me incorporé, me acerqué al borde de la cama y subí sobre el con cuidado y sin dejarme caer.Anhelo.
Volví a acariciar su mejilla, tibia, rasposa...adictiva casi.
Agaché para acercas nuestras caras, sujete mi pelo tras mi oreja.Eras tú.
Frente a mí.
De carne y hueso.
Eras tú.Junté nuestros labios levemente y abriste los ojos lentamente.
Me viste, y sin separar nuestros labios, te sentí sonreir, agarraste mi cintura.Si, estaba allí.
Juntos.
Al fín.7 de Junio de 2017
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Versos nocturnos.
Poetry¡Hola! Mi nombre es Cristina, soy estudiante, pero ¡eh! ¿Qué mas dará eso? Mis días son ajetreados, llenos de barullo y ocupaciones, pero en las noches, a veces y solo a veces, mi Musa viene y me ruega expresarme para liberar lo que siento, sea lo...