Mundo Miterioso exploradores de lo desconosido

Capítulo 8 hace 34 años

Bueno, ya han pasado 34 años después de ese desastre que azoto al mundo pokemon, pero como ya han de saber no es el primero.

-a que se refiere con que no es el primero, acaso hubo más aparte de los otros dos anteriores en el pasado- pregunto Lawliet

-creo que tengo que explicárselos- dijo el SR. Thiago mientras se ponía de pie y se dirija hacia su librero, lo observo un momento y saco un libro algo grueso y con grabados extraños en ambas caras.

-este libro, cuanta las historias de cataclismos iguales a este, los cuales fueron detenidos por un grupo de pokemon, en el cual había por lo menos un humano- el señor thiago tomo el libro y lo abrió justo por la mitad

-este libro, solo puede ser abierto por humanos que llegaron al mundo pokemon-

-y como lo conseguiste- dijo mycaelys

-el humano que estuvo antes que yo me lo dio-

-¿y cómo sabias que era humano?-

-bueno, algo curioso de este libro como dije hace un momento solo puede ser abierto por humanos y además, el humano anterior a mí era una lucario y ellos pueden percibir el aura-

-entonces, lo que nos está diciendo, es que una lucario percibió un aura diferente-

-no solo diferente- remarco el SR. Thiago –si no parecida a la suya-

-esa lucario, me acogió y me enseño todo lo que se, fue mi mentor-

-¿no entiendo?- dijo karra

-bueno, creo que para que todos me entiendan debo contarles todo lo que me pasó desde que llegue al mundo pokemon hasta hoy en día-

-cuando desperté, estaba en el bosque, con una mochila colgando de mi lado izquierdo, era un día lluvioso, así que me puse de pie y camine adolorido y sin rumbo alguno, sabía que no pertenecía allí, porque en mi cabeza había pequeños recuerdos de mi vida como humano, unas horas después de caminata llegue a la puerta del pueblo, con las pocas fuerzas que me quedaban me recargue en una pared y me deslice hasta llegar al suelo, me hice bolita para evitar que las frías gotas de lluvia me empaparan más de lo que ya estaba, unas horas después vi a un pokemon que se acercaba hacia mí, conforme se acercaba podía ver que se trataba de una lucario.

-hey chico, estas bien- dijo la lucario, me quede sorprendido, ya que nunca había oído hablar a un pokemon, mire a mi alrededor y pude ver que la villa estaba completamente habitada por pokemon, todos ellos hablaban y actuaban como nosotros.

-oye, estas bien habla, me estoy preocupando- luego mi mirada volvió a la de esa lucario

-n...no, no sé dónde estoy y que hago aquí, señorita- respondí, se puso en cuclillas frente a mí y me miro a la cara

-se ve que no eres de por aquí, tu aura me lo dice todo- puso su mano sobre mi cabeza y la acaricio

-no vivo muy lejos de aquí, si quieres ven a mi casa, come algo, duerme y mañana en la maña me cuentas todo está bien-

No sabía si confiar o no confiar en ella, pero ya que no tenía lugar en donde quedarme y la lluvia no parecía ceder acepte su oferta, me puse de pie y ella me cubrió con la capa que tenía para evitar que los dos nos mojáramos, después de hacer unas pequeñas paradas para comprar víveres, llegamos a su casa, era una cabaña, la cual al entrar, estaba calientita y se veía acogedora, ella tomo una toalla y me seco lo mejor que pudo, después de eso me enseño su casa y por último la habitación donde yo iba a dormir.

-bien, te dejo aquí para que te acomodes, mientras yo iré a hacer la cena- ella dio media vuelta y se dirigió a la cocina, en cambio yo entre a la habitación, era grande, con una cama puesta contra el muro de la derecha y un escritorio al lado contrario, junto a este había un closet, el cual estaba abierto y vacío, me senté en la cama y revise la mochila que traía, en ella había unas fotos de mí y otras personas a las cuales yo no reconocía en este momento, un cuaderno, lápiz y una navaja.-