El chico de los ojos morados. Completa. (Parte 1)

Capítulo 2

Desayuno, comida, sueño y cama. No sé que quiero.

Mi cara de recién despierto contagia tanto sueño que cualquiera se duerme. Soy tan exhibicionista que no me da pudor ir al comedor en bóxer ni tener el pelo desordenado.

- Hola.

- Creo que a alguien aún no tiene noción de que está en un campamento –dijo con ironía Poly (mi lesbiana favorita).

- Las desventajas de estar con Alex, es que de partida nunca sabe dónde está –tengo cierto agrado por mí, que me molesto solo.

- Ahora que te veo, debemos hablar de algo serio...

- ¿Qué soñaste? –preguntó.

- No sé de donde sacas esa telepatía, siempre sabes lo que te voy a contar.

- Debe ser porque es la única parte seria en ti.

- Buen punto.

Poly es como un amigo (el mejor) y a veces como una hermana; tenemos varias cosas en común y compartimos de distintos placeres de la vida. Últimamente ha sido de gran apoyo, trata las situaciones con la madures que no tengo, por eso, la considero como una de las personas que más me conoce y que es muy cercana. Nuestra amistad cada vez se potencia más. Es una de las relaciones importantes que tengo y no quiero hacer algo para deshacerla.

- ...el sueño terminó en que dejé el anillo sobre un plato y lo tapé con una taza.

- Tú no tienes pinta de tener matrimonio, estoy segura de que ni siquiera se te ha pasado esa idea por la mente.

- Toda la razón.

- Suena a que tú inconsciente juega contigo. Quizás te atrae después de todo.

- Eso es lo malo, me atrae y aun así, no me veo en una relación con ella. Digamos que no hemos hablado lo suficiente como para tener algo.

- Bueno, este es uno de los tres días que estaremos aquí, y si tu mente te la muestra como tu prometida...

- Se lo que dirás, pero es la mejor amiga de Coral, es como su hermana y por ende, mía también. Somos de esos hermanos que lo comparten todo. La idea de una posible relación amorosa con ella suena algo incestuosa.

- No son familiares. Por favor, no te hagas de rogar, te conozco y en el fondo, quieres estar con ella. No te involucras porque crees que la puedes dañar en luna llena. Te recuerdo que en Teen Wolf, Scott Mccall jamás hirió a su novia, quien estaba al tanto de que era un hombre lobo. En crepúsculo, Jacob Black, que se transforma igual que tú, tampoco dañó a nadie. ¿Conclusión? Terminarás cuidando de los tuyos, tal como ellos.

- Deberías saber que la ficción no es igual que la realidad, pero me decidí. Veré que tipo de conexión tengo con ella.

- Progreso...

- Dos cosas: nunca más vuelvas a hablar sobre el tema salido de las leyendas. Soy un chico corriente y ordinario.

- Me pase. ¿Qué es lo otro?

- Pensé en que no voy a pasar toda una vida solo. Según las escrituras, debería tener control en mí, porque si busco una buena razón para estar calmado, no podría hacer daño.

A la mesa llegó mi hermana, Molly y Harper, quien es como mi cuñada (novia de Poly).

- Supongamos que tendrán algo. ¿Podrás con eso?

- Creo que sí.

- Pues adelante. Ve y ataca. Quien sabe que pasa, no pierdes nada con intentarlo. Se nota que te gusta un poquito.