El chico de los ojos morados. Completa. (Parte 1)

Capítulo 3

Un rico desayuno, una buena ducha y una mañana nublada de las que me gustan. Relajarse una hamaca escuchando el sonido de los pájaros. Sentir la brisa del viento, me agrada esta sensación. Los días así en verano son los mejores, deberían ser eternos.

Paz y tranquilidad, necesitaba de esto después de ese momento incómodo en el desayuno.

Esa cara de molesta o algo semejante de mi hermana que camina hacia mí, me saca de mi zona de confort. Es adorable, simpática y todo, pero a veces puede ser una bomba de tiempo

- ¿Por qué esa cara?

- Ya me entere.

- Que hay alguien nuevo acariciando tu piel 🎶🎶

- No vengo a cantar. Es que en serio, la asustaste.

- Si digo que este es mi minuto de paz y que no lo arruines, sería irresponsable de mi parte. Hablemos.

Fuimos a una banca.

- Mamá ¿me vas a regañar?

- No, no soy ella, jamás seria como ella. Solo quiero saber si de verdad tus ojos cambiaron.

- Es verdad, pero es más complicado de lo que parece. Le di la mano. Antes de que se fijara en mí, ya estaba sintiendo algo diferente y nuevo. Cuando nuestras miradas se cruzaron ella solo me miro y yo quería que lo hiciera.

- Estaba asustada.

- Estábamos asustados. ¿Dijo algo?

- Preguntó si tenías alguna enfermedad en los ojos. Se preocupó y se asustó.

- ¿Por qué? –eso no me lo esperaba.

- La verdad es que le atraes y hace un rato se puso nerviosa al verte semi desnudo.

- La verdad es que me atrae solo un poco, soñé que le dejaba una anillo de matricidio en un plato y la tape con la taza que ella iba a ocupar, se supone que era una sorpresa.

- Ahora todo tiene sentido.

- ¿Qué paso ahora?

- También sueña contigo. Según las leyendas, cuando un hombre lobo muestra sus ojos tal como son a un ser natural, se imprima y eso significa que su único objetivo es que la persona sea feliz, pero si ambos se atraen y no lo saben, basta con uno que se dé cuenta para que estén juntos una vida entera.

- ¿Qué? ¿Cómo sabes eso?

- No me extraña que lo preguntes. Cuando íbamos a casa del abuelo en verano, entraba a su biblioteca, abscondet locus mysteriorum secreta fabulas nuntiavit (al lugar que esconde los misterios, secretos y leyendas que se hicieron realidad) y leí muchos libros. A ti no te gusta leer, por eso no estas enterado.

Creo que las cosas se pusieron serias, muy serias. Al parecer el amor de mi vida estuvo toda la noche junto a mí y en el desayuno también.

Al cabo de un rato, cada uno estaba en una hamaca.