Capítulo 6

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Era la 01:30am cuando Coral despertó a Alex con un inesperado mensaje de texto: despierta, estoy afuera. Como no es algo habitual, se preocupó por su hermana creyendo que era urgente, por eso se levantado a la puerta.

-Espero que mandarme un texto a esta hora sea por algo importante. Habla, ¿Qué pasó? ¿Qué es lo grave?

-Cálmate. Podrías haberte puesto tus calzoncillos o pantalones, alguien más podría ver tu cosa colgando.

Asomó su cabeza y miró para todos lados.

-Primero, no hay nadie cerca para que vea mi frutera. Segundo, ¿qué tiene de malo? Te recuerdo que nos bañábamos juntos, me has visto varias veces así.

-¡Para! Ese no es tema.

-¿Entonces?

-Ponte ropa, hay fiesta en quince minutos más, trae tu música porque serás nuestro Dj y procura ponerte ropa abajo. ¿OK?

-¿Fiesta? ¿Dónde?

-Sí, en la cabaña de nosotras.

-Está bien, me vestiré.

En ocasiones es muy mandona, pero es una fiesta y no puedo negarme, me gusta concederle las pocas cosas que me pide, la regaloneo.

Creo que la gracia de tener un hermano o hermana es que van a estar juntos para siempre; nuestro caso es que los problemas familiares nos unieron más y fortaleció nuestra confianza, en algún momento solo seremos nosotros y tendremos que acompañarnos hasta el fin.

Tuve que avisar que estaba afuera por mensaje de texto, al parecer la comunicación ahora es así y no por whatsapp.

Molly revisó el teléfono de Coral y le leyó que su hermano escribió que ya estaba afuera, pero como no estaban listas aun, tuvo que volver a su cama y de paso se abrigó por el frio.

Ser anfitrión en una fiesta de chicas y ser el único hombre es lo mejor que le puede pasar a Alex, es un bendito entre las mujeres, pero con el sueño que tiene, quizás será un tanto agotador y no disfrute lo que le gusta hacer.

Pasaron diez minutos para que le avisaran que podía volver, cuando llegó lo tuvieron que hacer esperar otra vez y se sentó en la terraza para mirar las estrellas. Todo porque aun había chicas que se demoraron en la ducha y estaban desnudas.

Apreciar la luna no es algo fácil para un hombre lobo, mantener el control es complicado, sobre todo para uno tan joven como él que lidia con mil demonios y lo incitan a sacar su peor faceta.

Emma se asomó por la ventana, lo notó con una expresión que no es habitual y salió a darle compañía.

-Te ves triste.

Alex la escuchó y volvió sus ojos al tono negro de sus ojos.

-Hola. ¿Ya están listas?

-Me encantaría decir que sí, pero se van a demorar otro poco y están repartiendo la comida.

-¿Por qué saliste?

-Porque sabía que estabas acá y quería estar contigo. ¿Está mal?

-No, quédate. La noche esta linda y no me gusta mirar el cielo solo, eres oportuna. Por cierto, tu pijama es lindo, pero no hace tanto frio como para tener la piel de una oveja puesta, quítatelo.

-No tengo nada debajo.

Debe haber alguna razón para que me diga cosas tan sutiles como esa, creo que quiere una conversación candente.

-Con mayor razón deberías quitarlo, tendría mejor vista.

-¿Qué?

-Que es mejor, no quiero estar cerca de una nudista.

El chico de los ojos morados. Completa. (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora