Dentro de la casa.
Me encontraba aplicando la crema y vendando la herida del chico que se encontraba a mi lado en el sofá.
—Y ustedes viven aquí?
—La verdad no, esta casa esta abandonada así que la usamos de refugio.
—Ya veo.
—Wow eres bueno en esto. —exclamo el rubio al admirar mi vendaje.
—Lo sé, aprendí primeros auxilios cuando era más pequeño.
—Y también sabes hacer medicinas eh?
—Pues aprendí con él paso del tiempo, experimentando, además trabaje en una tienda de antídotos y medicamentos.
—Mmm... interesante y dime ¿porque decidiste huir de casa?
Esa pregunta me tomó desprevenido y no sabia que contestar.
—Eso... no es importante. —me levante del sofá y me dirigí hacia afuera.
—Oye ¿a donde vas?
—Ire afuera un rato.
***
—Caminado por él bosque—.—Sabes no tenias porque seguirme. —dije frustrado al ver que él rubio estaba caminando tan solo unos metros detrás de mi.
—No podía permitir que fueras al bosque solo, hay muchos peligros aquí sabes?
—Descuida, viví entre peligros, además e ido al bosque muchas veces por plantas para mis medicamen... Waaa!!!—Grite al percatarme que mi pie había quedado atrapado en una cuerda dejándome boquiarriba.
—Estas bien?
—Si estar con la sangre en la cabeza te parece estar bien estoy de lo más perfecto aquí —al darse cuenta de que me encontraba bien se hecho a reír a carcajadas.
—Hahaha, no que eras un suuuper experto en andar en bosques.
—Hey!!! Esto me paso por tu culpa, si no hubieras estado hablándome en todo mi recorrido no me hubiera distraído y no hubiera caído en esta trampa —dije molesto al ver que el rubio no paraba de reír— como sea, sácame de aquí.
—Tienes suerte, yo puse esa trampa así que se como desatar ese nudo.
—Quieres decir que sabias donde estaba la trampa?
—La verdad no, siempre olvido donde las dejo, así que en este bosque hay que ser muy cuidadoso.
—Solo sácame de aquí.
—Ok ok... Espera.
—Que?! —exclame algo irritado porque era obvio por su mirada que planeaba algo.
—Muy bien, te liberare si me dices porque huiste de casa.
—Ahh?! —me miro esperando una respuesta, suspire— ¿tengo otra opción?
—No.
—Bien, pero primero sácame de aquí que la sangre si se esta yendo a mi cabeza.
—Ok. —él desato él nudo y me ayudo a bajar cargándome como una princesa.
Y en un la cima de un árbol a varios metros de distancia se encontraban los amigos de Aurelio, Celedonio y Nicasia.
—Parece que ese chico no presenta amenaza. —dijo Nicasia al observar la situación.
—Al parecer Aurelio esta empezando a llevarse bien con él.
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Historias Desordenadas
RandomEn este libro te presentare varios relatos de muchos géneros.