Sky
Hoy ha sido un día agotador, nunca me hubiera imaginado que el viaje sería tan cansado y el jet lag tan duro... Me he pasado el día luchando contra el sueño, deshaciendo todas las maletas que he traído y arreglando la casa. Me tumbo en la cama, estoy agotada, miro el techo sobre mi cabeza, pero no puedo conciliar el sueño. Pienso en cómo ha cambiado mi vida, en todo lo que he hecho hoy... Cierro los ojos y recuerdo lo extraño que fue todo anoche cuando Kristen llegó tan asustada. Aunque dijo que no le pasaba nada sé que miente. No quiero obligarla a hablar, ya me lo contará cuando ella quiera, pero me tiene muy preocupada... Escucho los sonidos que provienen del exterior, los pasos de las pocas personas que aún hay por la calle. El ruido de las hojas de los árboles moviéndose con el suave soplar del viento es suficiente para no dejarme dormir. Me doy la vuelta de nuevo maldiciéndome y mis pensamientos viajan hasta mamá, recuerdo sus ojos color café, su sonrisa y su largo cabello castaño cayendo por su espalda. Con su cálida voz siempre decía que todo saldría bien y en situaciones como esta, ella sabía como hacerme sentir mejor. Como la extraño... La nostalgia me hace suspirar llenando la alcoba mientras el sueño se acerca vacilante hasta mí y poco a poco mis ojos se cierran pesados...
Una noche de invierno en Melbourne. El viento mece las ramas de los árboles, sigiloso, deslizándose por debajo de la ventana entreabierta. Un escalofrío recorre mi cuerpo estremeciendo cada parte de mi. Un pequeño sollozo se me escapa pero intento no llorar. Llevo varios días que me encuentro perdida sin saber donde ir, nada parece lo mismo y temo que jamás vuelva a serlo. Las esperanzas se desvanecen con el paso de los minutos y mamá ya no está aquí.... ¿Cómo seguir adelante con esta pérdida? ¿Cómo continuar cuando las fuerzas te han abandonado? ¿Cómo hacerle entender a la gente que el dolor no es pasajero y que el tiempo no cura las heridas? Es tan difícil...
—¡Sky, ven aquí hija!— Papá asoma la cabeza por la puerta de mi habitación, sus ojos están rojos e hinchados y tiene el cabello despeinado. Minutos atrás escuché la puerta de la entrada abrirse, salgo a la sala y ahí le veo, el alguacil Jefferson con una libreta en sus manos y su sombrero cubriendo la calva de su cabeza.
—Buenas noches, Sky— Exclama Jefferson cuando estoy frente a él
—Buenas noches— le contesto un poco confundida.
—Hija...— Articula papá con un suspiro situándose a mi lado. —¿Qué hace él aquí?— Pregunto nerviosa. No me atrevo a mirar a Oliver Jefferson a los ojos, no quiero... —Oliver está aquí por la desaparición de mamá— explica.
Trago saliva y un nudo se forma en mi estómago. Mamá lleva varios días desaparecida y nadie de los alrededores sabe nada. Vivimos en un pueblo pequeño y aquí todo el mundo se entera de todo, así que es muy extraño que la gente desaparezca así, sin más...
—¿La habéis encontrado?— Pregunto ansiosa mientras miro al inspector con los ojos llenos de ilusión —¿Saben dónde está?— Insisto. Oliver mira a papá esperando su aprobación, él asiente con la cabeza. Jefferson y papá son muy amigos, se conocen desde antes de que yo naciera.
—Encontraron a tu madre Amélia en las afueras del pueblo, tenía algunas heridas en el cuerpo...—
—¿Tenía?— interrumpo asustada.
—Parece que fue atacada por un animal— Concluye con voz firme.
—¿Qué?— Exclamo horrorizada.
—Lo lamento mucho Sky...— responde afligido. Se agacha para darme un abrazo y se va.
—¡No!— Grito. Un sollozo se me escapa al mismo tiempo que me llevo una mano a la boca. Papá me agarra entre sus brazos con fuerza y mi llanto estalla dando paso a un desasosiego imparable. —Hija lo siento mucho...— Escondo mis lágrimas en su pecho sintiéndome como una niña pequeña que necesita ahora más que nunca el amor de su padre. La garganta se me cierra y no puedo decir nada, las palabras no salen de mi boca, mis manos tiemblan y las piernas no me responden. Siento que me voy a desmayar, pero mi padre me tenía bien sujeta. —¡Lo siento cariño, lo siento!— Repite papá una y otra vez sin dejar de abrazarme. Besa mi cabello e intenta consolarme pero nada hará que me sienta mejor...
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ZENIT. (EDITANDO)
VampireKristen y Sky son dos jóvenes australianas que viajan a Alemania para cursar un grado de citogenética en una importante Universidad de Berlín. Su nueva vida, lejos de su casa, resulta ser muy intensa. Estudiar y conocer gente nueva era algo con lo q...