Kristen
—Kristen, Kristen... ¡Kristen despierta!— Exclama Sky tirando de mi manga —¿Qué pasa?— Pregunto saltando sobre mi asiento incorporándome de nuevo sobre él —Ya hemos llegado a Berlín, despierta— Informa Sky entusiasmada.
Cojo el botellín de agua que tengo en mi mesita, le doy un par de tragos, froto mis ojos despejando mi mente e intentando volver a la realidad. Miro a través de la ventana pensativa. Qué lejos me siento del lugar de donde venimos. Miro el móvil, las tres y treinta y tres de la mañana. Entonces, un escalofrío recorre mi cuerpo.
—¿Qué extraño?— Suspiro mirando a mi alrededor. Todo está a oscuras y todos duermen –¿Qué es extraño? ¿Qué te hayas dormido o qué te hayas despertado?— Pregunta Sky mirándome con curiosidad. —No lo sé, tengo un mal presentimiento y no sé por qué...— Contesto afligida.
Los altavoces del avión se activan y el piloto explica que el viaje a ido muy bien, nos ordena abrochamos los cinturones por qué va a empezar con las maniobras de aterrizaje. Las luces se encienden y la gente empieza a moverse inquieta, sin embargo sigo reflexiva observando las luces de la ciudad donde vamos a vivir a partir de ahora, un lugar totalmente diferente al nuestro, con gente y costumbres muy distintas a las nuestras.
—¡Vamos Kristen! ¡No seas paranoica!— Me exige Sky. —¿Ya echas de menos Melbourne? Vamos a tener el honor de poder estudiar en una universidad muy buena, considerada una de las mejores en investigación citogenética. ¿No lo encuentras muy emocionante?
Me giro para contestarle y me encuentro con sus ojos llenos de emoción y excitación, haciendo que desista inmediatamente de mi negatividad. No quiero fastidiarle el viaje y quizá debería contagiarme un poco de su positivismo e intentar disfrutar la oportunidad que nos han dado al concedernos la beca de estudio.
—¡Tienes razón! Vamos a conocer mucha gente, a salir de fiesta, a aprender otros idiomas, costumbres, tradiciones y lo más importante, ¡Berlín tiene mucha historia y dicen que es precioso. La universidad va a estar a la altura seguro!— Cedo con convicción.
—¡Así me gusta, positivismo!— Me contesta Sky muy animada, quizá demasiado... ¿Qué mosca le habrá picado? Me pregunto intrigada.
Una vez hemos llegado a la casa donde vamos a pasar los próximos dos años, nada más cruzar la puerta de entrada, dejo caer mis maletas y no puedo evitar tirarme muerta de cansancio y sueño, en la primera cama que encuentro.
—¡Oh no! ¡Vamos Kristen, arriba!— Me ordena Sky con voz chillona. —¿Cómo puedes seguir durmiendo si te has pasado todo el viaje roncando?— Su voz se clava estridente por mis oídos.
—Tengo mucho sueño Sky... ¡Este jet lag me está matando!— Me quejo aturdida.
—¡Venga arriba! Debemos aguantar hasta la noche para adaptarnos al horario.— Me explica mientras empieza a ordenar la casa.
Vuelve con pasos decididos hacia mi habitación y me coge de los brazos para que me levante.
—¡No quiero...— Murmuro mientras me doy media la vuelta dándole la espalda.
—¡Tenemos que deshacer todas las maletas y arreglar la casa para que no parezca tan inhóspita!— Sigue gritando a voces. Resoplo, y arrastrándome por la estancia, busco mis cosas que siguen tiradas por el suelo.
Cae la noche, después de haber dado muchas vueltas buscando un supermercado, encontrarlo y hacer la compra, Sky decide que vamos a cenar pizza a domicilio.
—¿Pones tu la mesa mientras yo llamo al restaurante?— Me sugiere Sky.
—¡Sí señora!— Sky es un amor pero es muy exigente y mandona, aun así, no podría haber empezado esta aventura con alguien que no fuera ella.
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ZENIT. (EDITANDO)
VampirKristen y Sky son dos jóvenes australianas que viajan a Alemania para cursar un grado de citogenética en una importante Universidad de Berlín. Su nueva vida, lejos de su casa, resulta ser muy intensa. Estudiar y conocer gente nueva era algo con lo q...