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Caminé sin prisa por las calles de Seúl. La luna comenzaba a hacer su entrada brindando una maravillosa vista. Siempre me han gustado las noches donde la luna brilla y no le permite a las estrellas opacarla. Cuando observaba con mi abuela el cielo nocturno ella siempre me contaba historias de época llenas de fantasía. Una de las cosas que más extraño de Tailandia son los momentos que pasaba junto a mi abuela. Pero nunca regresarán.

Si me vieras ahora, ¿te decepcionaría saber que amo a una princesa?

Llegué al parque luego de diez minutos de caminata. Busqué con la mirada a BamBam, al no encontrarlo lo llamé. Contestó al primer tono: —Entra a la cafetería. Y después colgó. Vaya humor.

Guardé mi móvil en el bolsillo de la chaqueta y entré a la cafetería.

—Por aquí Lisa —me llamaron desde la mesa cerca de la ventana y me congelé al ver de quién se trataba. Me senté frente a ella sin apartar la vista. ¿En qué estaba pensando Kunpimook al reunirnos? Se supone que estoy intentando olvidar lo que pasó para que ella pueda seguir con su vida, ¿y me hace esto?

—No culpes a Kunpimook, ha sido idea mía —aclaró—. Es un buen amigo, mira que se negó a escucharme incontables veces, pero yo... Quiero hablar contigo.

Mi silencio fue la aprobación que necesitaba para continuar.

—Ha pasado tiempo desde la última vez que te vi. No has estado yendo a mis clases ni entregas los deberes —suspiró—. Pero no vine aquí por eso, sino a aclararte las cosas.

No no no no

—Estoy enamorada de ti, por favor acepta mis sentimientos y sal conmigo —inclinó la cabeza y extendió sus brazos hacia mí entregándome una sobre—. Soy consiente de los riesgos que este tipo de relación conlleva, y si tú estás de acuerdo, estoy dispuesta a correrlos. Juntas.

Me quedé sin habla en ese momento, con lo que tanto había fantaseado al fin se estaba volviendo realidad. Definitivamente, te conseguiré ese autógrafo BamBam. Me levanté de mi asiento y me acerqué a ella obligándola a ponerse de pie. Tomé sus mejillas y la miré a los ojos, tan llenos de angustia y a la vez llenos de amor; me vi reflejada en ellos y con la mayor delicadeza posible fui acercando nuestros rostros hasta consumar nuestro amor en un beso.

—Supongo que eso es un sí —susurró al separarnos—, ¿no?

—¿Quieres otro para que estés segura? —dije sonriendo.

Al fin, juntas.

the way i love you ; LisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora