-Esto no era lo que habíamos acordado.-Lo sabemos perfectamente, pero los cambios que han habido más arriba nos afectan directamente.
-¿Entonces vamos a exponer dos personas a la vez? Para ustedes esta perfecto, pero para uno va a ser un desastre.
-Mire, en realidad usted y ella son artistas reconocidas, su talento es inigualable y el encargado piensa que quedaría bien si unen las exposiciones, obviamente sería en salas diferentes porque los estilos lo son; pero aún así la publicidad sería increíble tanto para ustedes cómo para nosotros.
-¿Le han dicho que es un desastre? —Alejándose de aquella persona de la cual cabe mencionar que la chica de ojos verdes a lo consideraba un inepto, salió a un pequeño pasillo y sacó uno de sus cigarros, sacó su encendedor por igual y mientras lo encendía escucho la puerta abrirse detrás de ella.
-Lauren. Déjame hablar con el señor.
-¿Es en serio?
-De nada sirves alterada, al final tal vez lo pueda convencer para ver otra fecha.
-Como sea, es normal, estoy alterada, estoy con los nervios de punta. —Lauren observó a su amiga y después comenzó a caminar hacía la salida tomando con una mano la cinta de la funda de su cámara—. ¡Voy a tomar aire fresco! —Al caminar hacia la salida del edificio todas las personas que se encontraban a su alrededor o iban pasando simplemente le abrieron paso, la chica de ojos verdes no sabía si era por su enojo o por su aspecto, tal vez en realidad las gafas no ayudaban en absoluto, pero ya nada se podía hacer.
Saliendo alterada y tratando de que su encendedor prendiera, Lauren alzó la vista pero simplemente el tiempo no fue suficiente, alzando sus manos a la altura de sus hombros trato de frenar a la chica que se encontraba frente a ella pero no pudo evitarlo y ambas chocaron.
¿Lo malo? La joven traía un café.
-Discúlpame, iba concentrada en que está cosa prendiera y no he visto al frente, lo lamento mucho.
-Mierda, solo procura tener más cuidado.
La joven alzó el rostro y sin ninguna emoción observó al cielo.
-Y a la próxima trata de mirar al frente.— La joven pintora se acomodó las gafas y por primera vez miró a la ojiverde, su rostro inmutable fue lo que más llamó la atención de la fotógrafa.
La chica de ojos verdes miró a la joven que tenía en frente y lo primero que se le vino a la mente fue el paisaje de unas montañas; tal vez la vista de unas montañas nevadas en un atardecer, o al menos eso le figuro al ver aquellos ojos cubiertos por unas gafas, ese color café oculto tras el reflejo de aquellos cristales.
-¿Podría tomarte una foto?
-¿Disculpa?
-¿Podría tomarte una foto?
-¿Primero me tiras el café encima y después quieres tomarme una foto? En verdad soy la única cuerda en este mundo de locos.
-¿Si te reemplazo la ropa y el café aceptarías?
-Esto debe ser una broma.
-Puedo darte mi nombre para que puedas confiar en mí.
-¿Y en qué crees que tu nombre cambiaría algo de esto?
-Soy Lauren. Lauren Jauregui —la fotógrafa se quitó aquellos lentes oscuros y mientras se los acomodaba como diadema estiró la mano y miró directamente a la joven—. Mucho gusto.
En ese momento la pintora se quedó sin habla, sus labios formaron una línea recta pero sus ojos parecieron mostrar cierta sorpresa por la información recibida.
-¿Y cuál es tu nombre?
-¿Por qué motivo piensas que te lo diría?
-Bueno, yo te he dicho mi nombre, lo más normal sería que tú me dijeras el tuyo.
-Eso sería en una situación normal, y esto no lo es. De muchas maneras no lo es.
-Vamos, no pierdes nada diciéndome tu nombre.
Lauren sacó nuevamente el encendedor y mientras que con una mano llevaba un cigarrillo a su boca, con la otra prendía el encendedor, cuando la llama por fin apareció, la acercó hasta el cigarillo y cubriendo con la otra mano logró prenderlo, mientras tanto, la pintora se encontraba con un dilema en su interior, frente a ella se encontraba la persona con la cual tendría que compartir su fecha y sobre todo con la cual los medios hacían comparaciones, no sabía cómo era posible aquello último pero la prensa siempre lo conseguía; por otro lado, a nadie le había revelado jamás su identidad y no lo iba a cambiar solo por conocerla; ¿qué demonios debía hacer?
-¿Y bueno?
-Camila. Camila Cabello.
-Muy bien señorita Cabello. ¿Me haría el honor de ir de compras, después ir al Central Park a una sesión fotográfica y al finalizar todo aquello, ir al local donde sirven el mejor café de toda la ciudad?
-Tengo el presentimiento de que ese plan va para todo el día, ¿me equivoco?
-En absoluto, el mejor momento es dentro de una hora para la sesión y en verdad creo que es lo mínimo que nos vamos a tardar comprando, después iríamos al Central Park para tu sesión, y llegaríamos a la hora exacta para el café.
-Esto es una locura, y normalmente no aceptaría, pero esta vez absolutamente te digo que no.
-¡Vamos! Es lo menos que puedo hacer por ti.
-Estás loca.
-Lo menos que podrías hacer es dejarme en paz.
-Lo menos que podrías hacer es aceptar, tu ropa no ha sido lo único que se ha mojado.
Camila observó rápidamente si su bolso se había manchado o sus zapatos, pero al ver que aquello seguía intacto, miró a la chica de ojos verdes y se fijó como su pantalón estaba completamente mojado de una pierna.
-¿Vamos?
-Tengo algo importante que hacer.
-¿Y no puedes posponerlo para mañana?
Camila miró con fastidio a Lauren y después miró con desesperación aquel lugar, aún así si se negase a la proposición de la fotógrafa no podría presentarse así y si se fuera a por un cambio la reunión terminaría cuando volviese al lugar.
-Una amiga se puede encargar —dijo la pintora rendida.
Después de todo tal vez esto podría ser interesante.
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El Faro (Camren)
RandomEs sobre una pintora y una fotógrafa, ambas muestran el mundo y demuestran lo hermoso que este es en simples o grandes cosas. La fotógrafa (Lauren) tiene un problema hereditario que le va degenerando la vista, pero un accidente hace que la enfermeda...