BLANE
La situación empezaba a divertirme a sobremanera, el único inconveniente de aquella chica era que aparentemente había demasiada gente en su casa como para conseguir tenerla suspirando bajo mi cuerpo. Hacía tiempo que nadie me atraía de tal manera, había estado con alguna que otra durante el verano, claro está, pero nada que me apeteciera repetir.
Respecto al miembro más preciado de mi cuerpo, no solo por mí, sino por todas, parecía haber desarrollado un gusto más exquisito, de hecho, ahora ya no me gustaban las mismas chicas que antes, actualmente aborrecía las animadoras y las rubias altas.
Al principio de las vacaciones, pensé que había cambiado y que a partir de ese momento buscaría algo más estable, esa estupidez de actitud me duró exactamente hasta que fui a la primera fiesta en la playa y una despampanante morena me regaló la parte de arriba de su biquini.
Por instinto, intenté imaginarme la figura de esta chica en paños menores.
-¿Qué piensas que estás tan callado?- preguntó ella como si me leyera la mente. Siendo sincero, su pequeña figura tenía algo que me provocaba adicción, de hecho, aprovechaba todas las oportunidades posibles para rodearla. No había podido verle bien la cara, primero, porque parece tener un problema con la iluminación y todavía no he logrado distinguir sus rasgos con claridad, aunque hay algo en ella que me resulta terriblemente conocido. Y segundo, porque, a pesar de no querer reconocérselo, mi vista todavía se mantiene descentrada y borrosa por el golpe.
-¿De verdad quieres saberlo?- susurré sobre su pelo, el cual tenía un tentador aroma a vainilla.
-Tienes razón, me es indiferente.
-Todavía no sé tu nombre.
-Ni falta que hace- contestó de golpe, como si ni si quiera se hubiera planteado la posibilidad de volver a verme. Aquello era nuevo para mí, pensé que se debía a que ella tampoco había logrado admirar mi rostro con la luz adecuada, mas con mi carisma y encanto natural debería bastar.
-Por cosas que no hacen falta estamos aquí.
-¿Qué hacías a estas horas en mitad de la carretera?- bufó ya aburrida.
-Esperar a que me llevarás por delante, por supuesto.
-Interesante- concluyó al tiempo que abría con delicadeza la puerta y se asomaba por una pequeña rendija-. Creo que se ha dormido, saldré yo primero para comprobarlo...
-¿Qué te hace pensar que no voy a seguirte como he hecho antes?- suspiró con fuerza tras mi comentario.
-Que no pienso pagarte el taxi si lo haces- la volví a retener esta vez agarrándola del brazo, entonces me acerqué poco a poco a ella para decirle en voz baja:
-Tendré que pasar la noche contigo entonces- ella reaccionó como esperaba, curvo ligeramente la espalda en un pequeño escalofrío y cerro la puerta de nuevo tras de sí. Distinguí la curvatura de una sonrisa traviesa en su cara.
-¿Quieres ir arriba?- su voz se suavizó adoptando un tono más sensual.
-Claro...- me aproximé a su boca pero ella me esquivó jugando y tentándome a querer más.
-Pero hay un problema...- me rodeo el cuello con los brazos.
-No haremos ruido.
-Yo igual no, pero tú...- me gustaba por donde iba la conversación, que quisiera tener el control era algo que me encantaba. A pesar de que no iba a lograrlo y acabaría mandando yo.
-¿Crees que yo voy a hacer ruido?
-Y no solo tú, la ventana...- bufo de una manera demasiado orgásmica, solo el sonido su respiración provocaba que mis latidos fueran a mil por hora.
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Ella es problemática (EEPI2)
RomanceEl verano ha acabado y Blane Doyle vuelve a las andadas. Repite curso pero eso no le frena, no es más que una nueva oportunidad para recuperar y retomar su reputación de mujeriego y chico diez. Está vez quiere terminar a lo grande, que le recuerden...