--No puede ser... No... ¡No puede ser!- La voz se quebró y sus ojos también.
--Lo siento André.- Le dijo el mayor mientras miraba el piso intentando asumir lo que pasaría.
--¡Haz algo entonces! ¡No puedes dejar que pase! ¡Y por qué no me dijiste antes!- André agarró del chaleco al mayor. No aguantaba más, una pesadilla, un infierno se estaba haciendo realidad.
--¿¡Cómo se te ocurre que puedo hacer algo!? ¿¡Y cómo quieres que avise antes si yo no trabajo ahí!? Yo no sé qué es lo que piensa la gente o lo que habla en secreto. ¡Agradece que al menos te estoy salvando tu puta vida! ¡Te estoy dando una chance para sobrevivir!- Le dijo mientras tomaba y apretaba con fuerza las muñecas del otro.
--¡Una chance! ¡¿UNA CHANCE?!- André jaló del chaleco y quedaron frente a frente.-- No sé cómo tomar "esta chance" si más del 90% de la población mundial corre un aproximado de 98% de morir. ¿¡CÓMO QUIERES QUE ME TOME ESTO!?- El joven ya no aguantaba más. Las lágrimas y la desesperación deformaron su expresión; estaba horrorizado.
El mayor miró a un lado.
--Una semana... Una semana tienes para arrancar.
André le soltó y comenzó a llorar.
--¡Eres mi hermano! ¡No me puedes dejar solo en esto! ¡HAZ ALGO POR FAVOR!- La voz se le quebró y su llanto fue más desesperado. El mayor le abrazó.
Por más que pensaran en qué hacer, siempre llegaban a la misma conclusión. Sus vidas se habían acabado, pasase lo que pasase ya estaban muertos y no habría nada que lo evitase.
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--No hay nada entretenido en la tele- Pensó el joven moreno mientras cambiaba los canales sin encontrar nada interesante.-- Solo programas de farándula barata, ¿Cómo mierda puede gustarle a alguien cómo iba a vestida una persona? ¿De verdad eso es interesante o relevante?
Se levantó del sofá y comenzó a estirarse. Era un "film alveolar" con vida.
--Aaaay Alejandro, ¡Qué asco!- Dijo su mamá mientras miraba al joven estirarse y reventar.
--¿Ah?- El joven se dio vuelta y vio a su mamá con cara de dolor (y un poco de asco) secándose las manos.
--Alejandro, no hagas eso por favor.
--Noooo escuches y no me mires con esa cara de asco por favor, soy tu hijo y eso me hace sentir mal.
--Ay, tonto, no es por ti. Es por ese ruido que haces...
--Todos los cuerpos lo hacen mamá. Pffff, ahora échale la culpa al ruido. Lo usas como excusa para tirarme indir...- Comenzó a sonar el teléfono irrumpiendo la acalorada discusión.
--Ahora que vamos a sacar el servicio nos llaman, ¿Quién les entiende?- Dijo la mamá del muchacho mientras caminaba al teléfono.
--Tiene miedo de que lo desconecten para siempre.- Dijo mientras seguía estirándose y sonando.
--PARA ALEJANDRO, ¡DE ACÁ ESCUCHO!
--¡No escuches pues!
Cogió el teléfono.
Terminó de estirar su cuerpo y al momento se sobresaltó al escuchar tan feliz a su mamá. Prestó atención.
--¡Hola! ¿Cómo estás?- Preguntó la madre esbozando una sonrisa.
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Hambre
Random--No puedes ser... No... ¡No puede ser!- La voz se quebró y sus ojos también. --Lo siento André.- Le dijo el mayor mientras miraba el piso intentando asumir lo que pasaría. --¡Haz algo entonces! ¡No puedes dejar que pase! ¡Y por qué no me dijiste...