Hambre

Ella

Caminar... Esa acción tan cotidiana, tan normal en la mayoría de la gente... Tan simple... Para mí era un suplicio, pero aún así mis piernas lo hacían.- Pensaba el joven.

¿Marcar? ¿Sacar el celular? Cuesta... No... No Quiero moverme y aun así me muevo. Mis piernas, mis piernas saben el trabajo que tienen que hacer. Se mueven... Se mueven aunque yo no quiera...

--Alejandro, está lista la comida- Dijo la mamá desde la cocina.

--Ya, espera. Llamaré a Alejandro para saber dónde viene.

--Ya.- Alejandro se dirigió a buscar su celular para llamar a André. Marcó.

*Piiiiiip... Piiiiip... Piiiiip...*

--Contesta por favor...

Suena mi celular...-Se dijo André. -- ¿Será Alejandro?

*Marcando*

--Mmmm... No se le ha descargado el celular, sino, se cortaría... ¿André sin estar pendiente de su celular?- Cortó.

--No me contestó- Dijo un poco desanimado y extrañado.

--Quizás salió sin el o se le descargó.

--No, si tuviera el celular descargado, la llamada se habría cortado. A menos de que lo tenga en silencio.

--Probablemente.

--Mmmmh... Siempre anda pendiente de su celular y... No quiero comer sin él.

--Entiendo, esperémosle, no moriremos sino comemos en un rato. Hemos almorzado a las 18:00 algunas veces.- Esbozó una sonrisa amistosa.

--Yo moriré.- Al terminar la frase el celular de Alejandro comenzó a sonar y este va emocionado a ver quién es. Desconocido.

--¿Eh?- Contestó-- ¿Aló?

--¿Aló? Hola buenas tardes. Usted habla con Anton...- Cortó.

--¿No era André?- Preguntó algo extrañada la mamá.

--No, era una mujer y le corté a la mitad de su nombre. Sí, es mala educación, pero André andaba extraño y no ha llegado, puede ser un poco exagerado, pero es mi amigo y me preocupo.

No podré ir a la casa de Alejandro... No puedo... Necesito llegar a la mía... Necesito sacar a mamá... Mamá... Ma...- Comenzó a sentir que sus piernas flaqueaban y náuseas.-- Tengo... M...- La visión comenzó a nublarse.

--¡André!- Gritó una voz, sacándole un poco de sus pensamientos.

¿Eh? ¿Me llaman? ¿Una mujer..?- Comenzó a darse vuelta, pero ya era muy tarde, sus piernas habían flaqueado y logró divisar a una mujer que corría hacia él.

--¡ANDRÉ!-Gritaba la joven.

Espera... ¿Esa voz..? ¿Es V..?- Cayó.

--¡ANDRÉ!

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Llamada entrante de número desconocido.

--¿Eh? ¿De nuevo me llaman?- Pensó el muchacho mientras cogía el celular con molestia.