Daddy's Issues {Shawn Mendes Fan Fiction}*

epílogo

La vida puede darte buenos y malos momentos. Momentos que de una manera u otra te acompañarán de por vida, te marcarán de una manera inimaginable. Esas experiencias se quedaron tatuadas en mí después de aquella discusión la cual casi acaba con todo lo bueno que alguna vez pude tener. Recuerdo todo como si hubiese pasado hacía un par de días.

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No me permitieron ver a Hayden por varias horas y en cuanto pude volver a verle lo primero que vi en su rostro fue una mueca y un puchero que se convirtió en un llanto de horas. Solo me acerqué a ella y le abracé por un par de minutos hasta que me separó de ella.

—¿Está todo bien?.—Ella negó sin detener su hiposo llanto.

—Es muy pequeña. No me permitieron verla de cerca, solo le vi dentro de esa incubadora.—Sé que su preocupación se enfocaba completamente en la bebé pero ella también había experimentado una cirugía complicada.—Quiero verla.

—Tienes que descansar. Te prometo que te llevaré con ella en cuanto tú estés mejor.

—Me estás ocultando algo.—Declaró enfadada. 

—No, no lo estoy haciendo. Tengo un par de fotografías pero no quiero mostrártelas, no en tu estado de ánimo.—Se cruzó de brazos y trató de darme la espalda. ¿Que diablos le pasaba? ¿Acaso tengo que salir de una situación y entrar en otra?.—Hayden.

—Vete de aquí.—No le obedecí, pasé mis brazos con mucho cuidado alrededor de ella.—Suéltame, Shawn.

—No.—Besé sus mejillas y su cabello. Comencé a acariciar con mi pulgar su ceño fruncido haciendo a su vez pequeñas muecas con la intención de hacerle sonreír.—No tengo idea de que sucede contigo pero no voy a dejarte cuando mas lo necesitas.

—Fue su culpa y la tuya.—¿De que habla?.—Si no le hubieras seguido la pelea...

—¿Estás culpándome de todo lo que esta pasando?.—No contestó.—Hayden. 

—También fue tu culpa. Tú seguiste su estúpida discusión. 

—Bien, di que todo ha sido mi culpa. Espero que no sea tan tarde para reconocer lo que en verdad pasó.

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Nuestra relación no terminó ese día pero si puso las cosas algo difíciles. La indiferencia de mi propia prometida me hacía sentir menos, el bienestar de esa pequeñita que luchaba día a día por mantenerse con vida me derribaba. Era difícil porque me sentía solo en una batalla que creía no tendría fin.

La indiferencia de Hayden se debía a un tipo de tristeza posparto y, a pesar de los malos ratos, estuve al pendiente de todo lo que se refiriese a ella y a los niños aunque en ese momento estuviésemos separados. 

En cuanto a mi pequeña hija, ella salió de aquel hospital un mes y medio después de su nacimiento y era un verdadero gusto ser su padre. Ni siquiera me importaba mis propias horas de sueño o alimento; Podía dividir mi tiempo entre mi familia y mi trabajo sin que me importara poco lo que ocurriera conmigo. 

Podía dar mi vida por ellos. 

Lo merecían.

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—¿Cuál será su nombre?.—Hayden acarició la pequeña cabeza de la nena y sonrió a medias. Era su primer día en casa después de un mes y medio dentro de una caja que le brindaba calor.—Eres hermosa cielo.