Parte 1 Huída

147 13 0
                                    


Era tarde, la temperatura comenzaba a descender y las luces de las farolas se difuminaban a lo lejos mientras cruzaba los brazos sobre el pecho en busca de calor, las piernas le dolían al caminar y tenía moretones por todo el cuerpo. Apenas y recordaba cómo había sido capaz de escapar de sus captores y más aún de haber llegado al bosque, no quería pensar solo caminar y caminar hasta llegar lo más lejos de la ciudad y su aterrador bullicio.

Sus piernas no pudieron más, luego de tropezar por culpas de sus torpes y adoloridos pies con una saliente de la raíz de algún viejo árbol, cayó sobre el suelo haciendo que su rostro golpeara duro contra la gruesa capa de hojarasca y materia orgánica. La respiración le salía acompasada en tanto trataba de contener el llanto mordiéndose el labio inferior pero su esfuerzo fue inútil, sintió como la tibia sensación de sus lágrimas cayendo recorría sus mejillas, sus gimoteos se hacían más audibles con cada segundo que pasaba. En ese ir y venir de pensamientos no logro percatarse que alguien ahora le observaba y además se acercaba, no fue hasta que estaba de pie frente a él que el crujir de las ramitas secas le devolvió a la realidad, suspiró pesadamente, sabía que alguno de sus captores podía haberlo seguido hasta ahí, estaba perdido.

─ P-Por favor no me lleves de nuevo, mátame porque no quiero volver a ese lugar...─

Su voz temblaba, estaba resignado que hiciera lo que hiciera ellos siempre lo encontrarían. Todo se oscureció de repente, la pandilla completa lo tenía rodeado y sin más comenzaron a patearlo sin piedad, no podía gritar por mucho que quisiera no le quedaba energía para nada, ni siquiera para luchar por su vida, se rindió luego perdió el conocimiento.


Derek PV

Podía sentir en el aire ese olor característico, pequeñas gotas de sangre que se derramaban sobre el suelo del bosque, su instinto depredador se despertaba con cada paso que avanzaba acercándose a la fuente de tan delicioso aroma. La escena ante sus ojos era por más sorprendente , la fuente del aroma enloquecedor era un chico notablemente joven el cual era golpeado brutalmente por una banda de maleantes que se divertían ver como su cuerpo se retorcía de dolor sobre el suelo , luego el chico pareció perder el conocimiento o quizás murió así que pensó en dar media vuelta y así lo hizo, avanzó un par de pasos antes de empuñar las manos ante el sonido que las patadas y golpes sobre ese indefenso cuerpo causaban , frunció el ceño y negó como si fuera odiarse por lo que haría después.

La feroz bestia se abalanzó sobre un par de hombres tomándolos por la cabeza con las enormes garras, haciendo que estos cayeran de bruces contra el suelo en donde les destrozó el cráneo con una facilidad que hizo que los demás hombres salieran corriendo como una colegiala en apuros, entre gritos trataron de alejarse del lugar pero era imposible, el enorme licántropo se abalanzaba sobre cada uno destrozándolos salvajemente, el terror en los ojos del ultimo sobreviviente era avasallante, el hombre se hallaba de espaldas contra un tronco hueco y reseco, sus ojos y nariz fluían humedeciéndole el rostro, la orina hizo lo propio con sus pantalones, una mordida que destrozó su cara callaron los chillidos que hizo al tener a la bestia frente a los ojos.

Se acercó tomando la forma humana de nuevo hacia el cuerpo inmóvil del chico , estaba muerto, los golpiza había sido tan brutal que la sangre le salía a borbotones de cada uno de los orificios del cuerpo, renegó y se puso de pie aun observándole ─ es hermoso , no debió morir de esta manera ─ pensó antes que sus ojos se abrieran de par en par al ver como un aura rojiza comenzaba a envolver al chico , la difusa forma se transformó lentamente en la de una especie de canido a la vez que el cuerpo del chico comenzaba a curarse con una rapidez que envidiaría cualquier garou de su manada. El aura comenzó a acoplarse al cuerpo del chico antes de hundirse por completo en él, el chico comenzó a toser apenas, sus débiles ojos le observaron, eran de un naranja intenso, tan hermosos que de no ser porque el chico desmayó de nuevo se hubiera perdido en ellos.

Tomó el pequeño cuerpo entre los brazos para llevarlo a su guarida, seguro Cora sabría qué hacer con él, no podía dejarlo ahí, las palabras de su madre retumbaban en su cabeza "protegemos a quien no pueden protegerse, incluso de ellos mismos", así se perdió adentrándose en el bosque.

\

Sour Wolf Sweet FoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora