First Love » Min Yoongi «

III

Me desperté debido a un extraño sonido, era una melodía de piano, era su melodía.

A paso lento salí de la habitación intentando no despertar a los chicos que deberían seguir dormidos.

- ¿Por qué sigues tocando? Déjame dormir...- susurré mientras bajaba las escaleras.

- Pensaba que te gustaba oír mi melodía...- su voz sonaba en mi cabeza, su voz... Triste, estaba rota, podía hasta decir que seguía llorando, después de tantos años lo seguía haciendo.

- Y me gusta... Por no quiero seguir soñando con la balada, quiero oír la verdadera melodía que amo.- susurré sentándome en el último escalón las manos apretando en mía cabeza.

- Pero si está la amas, la llevas escuchando años, verdad?- ¿Por qué de la nada sonaba tan cruel?

- ¿Por qué eres así conmigo?- pregunté mientras sentía mis ojos arder, las lágrimas querían caer, las sentía en el borde de mis ojos.

- ¿Así? Yo era así, ¿siempre fuiste engañado por mi buena apariencia verdad? Siempre me viste sonreír hasta ese día, lloré mucho, demasiado, aunque me alegra poder verte hoy en día, después de casi diez años, puedo volver a verte, ahora estás destinado a esto, espero que me aguantes por más tiempo.

Su voz desaprecio al mismo tiempo que la melodía, caminé algo mareado hasta el piano que había en el salón principal, un enorme piano marrón con unos petalos blancos sobre distintas teclas.

Quite los petalos guardándolos en el bolsillo del pantalón de mi pijama recordando las notas en las que habían sido colocados.

Empecé a tocar las teclas, una por una, intentando encontrar una melodía que encajara con ellas, estuve así minutos, largos minutos que se tornaron en horas hasta que descubrí la verdadera melodía, era su melodía, la que me acompañaba día tras día.

- Se toca así... ¿eh?- dije con un poco de sarcasmo mientras seguía tocando con los ojos llenos de lágrimas.

- Suga, ¿qué haces tocando a estas hora?- deje de tocar para observar a los chicos que estaban ahí adormilados y sorprendidos al observar mi rostro.

- Se toca así, ¿verdad?- dije con una pequeña sonrisa mientras sentía las lágrimas caer de mis ojos, cubriendo mis mejillas poco a poco, juntándose en la barbilla para que después cayeran al suelo.