En Matemáticas, los números se clasifican de acuerdo a determinadas características; el objetivo de esta agrupación es, dado que los números son en realidad infinitos, restringir los valores que deberán ser tomados en cuenta a la hora de realizar operaciones matemáticas (sumar, restar, multiplicar, dividir, etc.). Por eso es que tenemos los números Naturales, números Enteros, números Primos, números Compuestos, números Reales, números Racionales, números Irracionales, números Imaginarios, números Complejos, números Complejos Algebraicos, etc. Lo curioso de estos conjuntos es que cada conjunto individual puede expresarse a partir de otro más simple, al que se le han añadido símbolos o reglas que lo modifican (restringen o amplifican). Así por ejemplo, los números Primos son un subconjunto de los números Naturales; a estos se les ha añadido una regla y voilá, se transforman en números Primos (simplificando, un número primo es aquél que sólo es divisible por uno y por él mismo).
En Informática, la representación de los números se basa en este mismo principio, esto es, cada número superior puede representarse combinando otros más simples. Esos elementos básicos son 0 y 1, aunque para facilitar el trabajo se agrupan en conjuntos de 1, 2, 4, 8, 16, 32 y 64 elementos. Según la agrupación que se utilice para controlar los dispositivos, estos pueden ser más potentes o más vistosos. Los mejores son los que pueden tratar los conjuntos más grandes como si de un sólo elemento tratase (por ahora, 64 elementos / bits).
Tomando en cuenta que en la vida real cada individuo es el resultado de la ‘unión’ de otros, podría decirse que cada uno es como un símbolo natural complejo, producto de la combinación de las dos personas que se han unido para su creación, las cuáles son a su vez producto de la combinación de otras dos, y así sucesivamente hasta el infinito.
